dilluns, 4 de maig del 2009

Los Misterios de Eleusis

Dionicles Eumólpida de Escambónide

Como todos los días, Dionicles se levanta al amanecer, pero hoy tiene prisa porque está citado a mediodía con uno de los magistrados de la ciudad, el Arconte Basileus, y todavía tiene que hacer otras gestiones. Así, le pide a su esclavo el quitón y las sandalias y le ordena, mientras él se lava, servir el desayuno en el andrón. El desayuno (acratismós) es ligero: un poco de pan con vino, leche de cabra y unos higos secos. Después de desayunar, se coloca el himatión, por la mañana ya refresca, y se dirige al ágora, no sin haber avisado primero de que no regresará a casa hasta la hora de cenar. Dionicles pertenece a una de las familias más importantes e influyentes de Atenas, los Eumólpidas, y vive en uno de los mejores demos de la ciudad, el de Escambónide. Hace siete días, en la Asamblea, fue elegido, por votación a mano alzada, hierofante para los próximos Misterios de Eleusis, pasando por encima de otros miembros de su genos, todo un honor, pero desde entonces no ha tenido un momento libre para pasear por el ágora y la stoa y mantener largas charlas con sus conocidos. Ahora se dirige al ágora para encontrarse con el que fue elegido daduchos, portador de las antorchas sagradas, y con los Heraldos, miembros de la genos de los Cérices. Después de su reunión con ellos, se dirige al barbero, quiere estar presentable delante del Arconte. Cuando llega al Metroon, el templo de la Diosa Madre que hace las veces de archivo municipal, el Arconte ya está esperándolo para repasar con él el recorrido de la procesión a Eleusis y aclarar qué personas podrán ser iniciadas en los misterios y quiénes no, ya que los aspirantes deben estar limpios de cualquier tipo de delito. Es tarde cuando abandona el Metroon, la lista de aspirantes era larga, de manera que compra una maza y un poco de queso en una de las paradas del ágora y come por la calle de camino a los baños públicos. En los baños se ha encontrado con mucha gente conocida que lo ha felicitado por su reciente elección como hierofante y se ha podido relajar tomando masajes, haciendo un poco de ejercicio, bañándose y charlando con unos y con otros. Ahora, de camino a casa, se pregunta si su mujer habrá empezado ya su túnica púrpura para la celebración de los Misterios.


Misterios de Eleusis


La ciudad de Eleusis, al oeste de Atenas, era un centro cultual testimoniado ya en época micénica. Allí tenían lugar los Misterios Mayores en honor de Deméter, Core y Hades que se celebraban durante once días, del 15 al 24 del mes de Boedromión (septiembre-octubre)

El oficiante del culto, el Hierofante, era escogido siempre de la familia de los descendientes de Eumolpo (los Eumólpidas eran los verdaderos propietarios del culto _que pasó de familiar a ser de la ciudad para más tarde convertirse en regional y ser, finalmente, un culto nacional a través de Atenas_ y la familia de sacerdotes más importante de Eleusis) Llevaba como insignias de su rango una capa larga de púrpura con bordados de oro y una corona o cinta en la cabeza, llamada strófion. Presidía los Misterios y tenía un lugar de honor en todas las fiestas. Lo auxiliaban un Daduchos («portador de antorchas»), que es uno de los sacerdotes principales, y los Heraldos, otros de los protagonistas importantes en el rito, elegidos, estos últimos, entre los miembros de la familia de los Cérices (descendientes de Keryx), y varios ministros de categoría secundaria.

El desarrollo de la fiesta era el siguiente:


-. Día 13: Como preparación de los Misterios, se llevaba a cabo una procesión de Eleusis a Atenas. Se sacaban las imágenes en procesión, se reunían los que querían iniciarse y el hierofante excluía a los que no podían hacerlo por no estar libres de delito.

-. Día 14: Los efebos llevaban los objetos sagrados al Eleusinion de la ciudad de Atenas.

-. Día 15: agyrmós (reunión). Primer día de los rituales, en los días anteriores sólo se hacían los preliminares. Los mystai (los que iban a ser iniciados) se reunían en Atenas. Se hacía la proclamación (prorresis) y, al grito de «aquí las víctimas», se sacrificaba el cerdo que cada mysta llevaba para que el animal muriese por él (el cerdo está consagrado a Deméter). Después al iniciado se le hacía sentarse sobre una piel de carnero (thrónosis) y, en silencio, era velado y purificado por medio del aire (haciéndole aire) y del fuego (acercándole una antorcha) y se le pasaba por encima de la cabeza la cesta mística (líkne)

-. Día 16: Se gritaba «al mar, mystai» y los iniciados se bañaban con los cerdos muertos.

-. Día 17: Epidaurias. Introducidas el 420 aC., conmemoraban la llegada de Asclepio a los misterios. Se reservaban para quien había llegado tarde. Había una procesión con un sacrificio y una pannychís (una procesión nocturna) en honor a Asclepio.

-. Desconocemos cuándo los iniciados ayunaban y bebían el kykeón, bebida hecha con agua, harina y poleo, símbolo de la vida civilizada introducida por Deméter a través del cultivo y el consumo del cereal. El día 18 se descansaba.

-. Día 19: Procesión de Atenas a Eleusis llevando los objetos sagrados. El recorrido se hacía por el Camino Sagrado (saliendo por la puerta sagrada) hasta Eleusis, donde se llegaba a la caída de la noche.

-. Día 20: Escolta de Iaco. Los iniciados partían, guiados por el dios Iaco (posiblemente un epíteto de Dioniso) que era llevado por un sacerdote. Se rememoraba, así, las penalidades de Deméter buscando a Core. Cerca ya de Eleusis, cruzaban el puente sobre el río Cefiso (gefyrismos: «paso del puente») donde los peregrinos eran objeto de burlas e insultos por parte de la gente que se reunía junto al puente con este propósito. Después de este ritual, encaminado a alejar los malos espíritus, se llegaba al santuario donde Iaco era acogido con gran aclamación y los iniciados bailaban en la plaza Caliroco («de las bellas danzas») en honor de Deméter y Core.

-. Día 21: Tenían lugar los ritos secretos (parte de los Misterios que pertenece al campo de la hipótesis y de la conjetura) De noche, los iniciados entraban en el santuario, donde tenían una serie de experiencias místicas: «veían» a la diosa sentada en la «Roca sin Alegría» (agelastos), escuchaban sus lamentaciones… Al llegar al telesterion, sala del santuario donde debía producirse la epifanía de las dos diosas, depositaban los cerdos en los mégara (subterráneos). Después salían en peregrinación buscando a Core. Con la cabeza cubierta para que no viera nada, cada mysta era guiado por un mystagogos mientras el hierofante golpeaba un gong llamando a Core. Su regreso no podía ser visto por los iniciados: «aparecía» delante de su madre, se abrazaban y se dirigían al telesterion. Allí, los epoptai (iniciados de segundo grado: «los que ya han visto») entreveían a madre e hija, entraban y aparecía el hierofante respaldado por la luz de centenares de antorchas. Los iniciados, con la cabeza ya descubierta, entraban. Las diosas serían visibles a los iniciados, aunque por poco tiempo. Abandonaban la sala los mystai y, entonces, los epoptai recibían una visión especial: la espiga, símbolo del don de Deméter, de la cultura y de la civilización.

-. Día 22: Había un sacrificio de bueyes y cerdos a Deméter y Core.

-. Día 23: Los iniciados volvían a Atenas.

-. Día 24: El día después de los Misterios, se celebraba en Atenas la reunión de la Boulé en el Eleusinion.


Bibliografía:

- La religión griega, José García López. Ed. Istmo, Col. Fundamentos

- Las ranas, Aristófanes

- Les mystères d’Eleusis, P. Foucart

2 comentaris:

Santi ha dit...

Una recopilació d'informació compelta, com sempre, enhorabona.

Vos imagineu el que podriem fer en 2n si en lloc de preguntes teóriques els alumnes pugueren fer un comentari de realia?

Per cert, ja ho sabreu, però Eleusis eixisteix!
http://aigialos.blogspot.com/2007/05/eleusis-existe.html

Lluïsa ha dit...

Sí, Santi, tan de bo!! Moltes coses, encara, canviarien! Per cert, gràcies per les teues amabilíssimes paraules i sàpigues que sí, que sé que Eleusis existeix, en part, gràcies a tu, que vas ser els nostres "ulls" allí. Ho recordes?
Una abraçada