dilluns, 30 de novembre del 2009

LAS CONSTELACIONES NO ZODIACALES

Ya hemos visto en otros artículos de esta «saga» que el nombre de las constelaciones está inevitablemente unido a la mitología. Debemos este hecho fundamentalmente a cuatro obras clásicas: Φαινόμενα de Arato de Solos; Καταστερισμοί de Eratóstenes de Cirene; Astronomia de Higino y Astronomicon de Manilio. No obstante, encontramos ya en Homero y en Hesíodo referencias a constelaciones ligadas a la mitología. En la Odisea, por ejemplo, podemos leer:


«Con aquel dulce viento, Ulises divino desplegó su velamen; sentado rigió con destreza el timón; no bajaba a sus ojos el sueño, velaba a las Pléyades vuelto, al Boyero de ocaso tardío y a la Osa, a que otros dan el nombre del Carro y que gira sin dejar su lugar al acecho de Orión; solo ella de entre todos los astros no baja a bañarse al Océano. La divina entre diosas Calipso dejó dicho a Ulises que arrumbase llevándola siempre a su izquierda.» Odisea, V, 269-277


También en la Ilíada en referencia a Sirio como el Perro de Orión:


«El anciano Príamo fue el primero en verlo con sus ojos lanzado por la llanura, resplandeciente como el astro que sale en otoño y cuyos deslumbrantes destellos resultan patentes entre las muchas estrellas en la oscuridad de la noche y al que denominan con el nombre de Perro de Orión.» Ilíada, XXII, 25-29

En Trabajos y días, Hesíodo escribe:


«Cuando después del solsticio Zeus cumpla sesenta días invernales, entonces el astro Arturo, tras abandonar la sagrada corriente del Océano, mostrándose por primera vez al anochecer se eleva.» Trabajos y días, 564-567


«Cuando Orión y Sirio lleguen al centro del cielo, y Aurora de rosados dedos vea a Arturo, Perses, entonces, corta y lleva a casa todos los racimos (...) y cuando se oculten Pléyades, Híades y la fuerza de Orión, entonces, después de recordar la labor propia de la estación, sumerge el grano en la tierra.» Trabajos y días, 609-617


Tanto o más importantes fueron las obras de Hiparco de Nicea y de Claudio Ptolomeo, cuyo objetivo principal era la descripción del movimiento de los astros y la catalogación de las estrellas visibles, que ayudaron a difundir las constelaciones clásicas.


Τν ρτου κα Εδξου φαινομνων ξηγσεις es la obra más importante de Hiparco. En ella se incluye un apéndice ilustrativo de la salida y el ocaso de todas las constelaciones, así como un catálogo de un millar de estrellas y la descripción de solsticios y equinoccios. Desgraciadamente, este catálogo, datado en el 129 aC., no ha llegado hasta nosotros, aunque algunos estudiosos, como Bradley Schaefer, astrofísico de la Universidad de Louisiana, proponen que ha sobrevivido en el globo que sostiene el Atlas de Farnese.



Por su parte, la principal obra astronómica de Claudio Ptolomeo, Μεγστη σνταξις, que se tradujo al árabe como Al Magisti y que dio el nombre por el que comúnmente se conoce la obra de Ptolomeo, Almagesto, perfecciona la obra de Hiparco. Si éste último catalogó 42 constelaciones, Ptolomeo amplió su catálogo a 48. Es probable que se basara en el catálogo de Hiparco, pero, dado que éste se ha perdido, es difícil saber hasta qué punto. De todas formas, lo interesante en este sentido es que prácticamente todas las constelaciones descritas por Ptolomeo fueron reconocidas en el mundo occidental hasta el final de la Edad Media, seguidas por los navegantes del Renacimiento y, finalmente, aceptadas y adoptadas sin cambios por la Unión Astronómica Internacional cuando, en 1922, la comunidad de astrónomos decidió poner orden en la gran variedad de constelaciones descritas hasta esa fecha, dejando un catálogo final de 88. Esta lista incluye, como ya se ha dicho, casi todas las constelaciones descritas por Ptolomeo más una significativa selección de aquellas utilizadas por los astrónomos a partir del 1603, fecha de publicación de Uranometria, del astrónomo J. Bayer.



Europa conoció la obra de Ptolomeo a través de las traducciones árabes medievales, lo que explica por qué todas las estrellas visibles del Hemisferio Norte tienen nombres en árabe antiguo. Su trabajo sólo fue superado, más de un milenio después, por los trabajos de Al-Tusi, Ibn Qurra y Al-Sufi.


De las 48 constelaciones de Ptolomeo, 12 corresponden al zodíaco, 21 lo hacen al Hemisferio Norte y 15, al Hemisferio Sur. No entraremos de nuevo a describir las constelaciones zodiacales, puesto que se hizo ya en un post anterior, así como a describir la constelación conocida como Ophiuchus, puesto que se incluyó en el catálogo de las zodiacales. Dado, además, que la descripción de las 36 restantes va a ocuparnos mucho espacio, las dejamos para sucesivos artículos. No obstante, y a modo de resumen, este es el listado de las constelaciones ptolemaicas:


ZODIACALES

HEMISFERIO NORTE

HEMISFERIO SUR

Aries

Ursa Minor

Cetus

Taurus

Ursa Maior

Orion

Gemini

Draco

Eridanus

Cancer

Cepheus

Lepus

Leo

Bootes

Canis Maior

Virgo

Corona Borealis

Canis Minor

Libra

Hercules

Argo Navis

Scorpio

Lyra

Hydra

Sagittarius

Cygnus

Crater

Capricornus

Cassiopea

Corvus

Aquarius

Perseus

Centaurus

Pisces

Auriga

Lupus


Ophiuchus



Serpens



Sagitta



Aquila



Delphinus



Equuleus



Pegasus



Andromeda



Triangulum


diumenge, 15 de novembre del 2009

VII Jornada de Cultura clásica de Sagunt


El pasado 7 de noviembre se celebró en Sagunt la VII Jornada de Cultura Clásica que además de una gran oferta de actividades cuenta con un aliciente extra que es el saber que vas a reencontrar a antiguos compañeros de facultad, de trabajo,... a los que hace tiempo que no ves y el conocer en persona a aquellos a los que sigues virtualmente.

En esta ocasión el taller Tempore Capto era una de las nueve opciones a elegir por los muchos asistentes a la Jornada. Intentamos conjugar la explicación teórica con las posibilidades didácticas que ofrecen los sistemas de medida del tiempo desde antiguo y nos comprometimos a dejaros en el blog los enlaces mencionados y materiales utilizados en el taller. Así pues, empezamos:

  • para trabajar la mitología relacionada con el tiempo os propusimos el estudio de los relojes del patrimonio nacional que podéis ver en este enlace.

  • para las unidades básicas de medida, las horas, la distribución de la jornada diaria y los días os comentamos varias posibilidades

- Confección del que llamamos reloj de César.
- Elaboración por parte del alumno de su horarium personal.
- Trabajo en grupo para recrear una jornada de algún personaje.
Os enlazo al trabajo que realizamos en el IES nº 3 de Cheste el curso 2006-2007, Dies Romae


  • Para hacer más fácil aprender a poner la fecha en latín podemos adoptar la costumbre de ponerla diariamente y de usar un calendario latino como éste de la primera evaluación que iremos actualizando a lo largo del curso.

  • El tema de la relación entre calendario y festividades es uno de los más atractivos para todos. Es muy motivador el intentar recrear alguna de las muchas fiestas que encontramos en el calendario. En este aspecto ya sabéis que trabajamos muchas veces en colaboración con Charo Marco de manera que nosotros hablamos sobre el origen y desarrollo de la festividad y ella propone la recreación o los platos más adecuados y sencillos para trabajar en clase en su blog De Re Coquinaria. En concreto os hablamos de las siguientes:

-Las Saturnalia y la fiesta de la diosa Strenia en las kalendas ide enero Hablamos de mi experiencia con esta actividad como Taller de Navidad MMVII Os dejo ahora los enlaces a la explicación de la fiesta, la propuesta de recreación y las imágenes Saturnalia MMVII en Cheste

-En el ciclo de festividades relacionadas con los muertos mencionamos las Lemuria que están explicadas en este enlace .

-Del ciclo de la guerra hablamos del caballo de octubre, la procesión de los salios, pero como propuesta para el aula os mencionamos la fiesta de la Paz, Dies Pacis.

  • Del apartado de relojes de sol hicimos en reloj de pastor y entregamos para trabajar en clase el de disco. Las plantillas de estos relojes las pondremos a vuestra disposición en el blog, pero queremos encuadrarlas en un artículo explicativo por lo que os rogamos algo de paciencia.

  • Finalmente también se puede trabajar en clase el poster del Tempore capto. Se divide la clase en cuatro grupos, uno por estación del año. Se entrega a cada grupo una cartulina blanca en la que se habrá diseñado previamente un dibujo central que sirve de nexo entre los trabajos, el sol y la luna por ejemplo.
  • Cada grupo selecciona, según su estación del año, paisajes, personajes míticos o históricos, horóscopos, frutas, flores o plantas, fiestas, personas que representen cada momento de la vida, frases o palabras relacionadas con el tiempo y las estaciones.
Pero no solo hicimos propuestas también son disteis ideas para seguir trabajando, os las iremos desvelando en el blog poco a poco.

Muchas gracias a todos por participar en nuestro taller, esperamos que os haya gustado y os resulte útil en clase.

Gratias plurimas vobis agimus!


Las dos imágenes primeras son del taller antes de las sesiones de trabajo. Me acordé de llevar la cámara, ¡pero no de hacer las fotos!.
La última es del trabajo de mis alumnos del IES nº 3 de Cheste del curso 2006-2007
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diumenge, 1 de novembre del 2009

Constelaciones II: Ζῳδιακός- El camino de Helios


Como vimos en el post anterior, los griegos recibieron de los babilonios las doce constelaciones, una por mes, zodiacales. A este Camino de la Luna los griegos le dieron el nombre de Ζῳδιακός, el Círculo de los animalitos, un cinturón de constelaciones que se encuentra en la eclíptica, en el camino de Helios. A cada constelación asociaron uno de sus mitos y, a algunas, les cambiaron el nombre. Así las recibimos nosotros, aunque con el nombre latino porque nos llegaron a través de la cultura romana.


1- El Carnero (gr. Κρις; lat. Aries): la primera constelación recibió el nombre de El Carnero porque este animal entra en celo en primavera, hecho sobradamente conocido por los pastores griegos, y el paso del sol por esta constelación marcaba el inicio de las tareas agrícolas. Es la primera del zodiaco, además, porque la mayoría de los pueblos antiguos empezaba el año nuevo en el equinoccio de primavera. Hace 2000 años la posición del sol en el cielo en el equinoccio de primavera estaba en Aries, aunque ya no. El efecto de precesión, descubierto por Hiparco de Nicea, ha trasladado esta posición a Piscis. En Grecia, a esta constelación se le asoció el mito del Vellocino de oro.



2- Tauro (gr. Ταρος; lat. Taurus): esta constelación era la que marcaba el equinoccio de primavera en el año 2.600 aC. Se trata de una de las más antiguas e importantes en la astronomía arcaica. Hay teorías que apuntan a que los dibujos en forma de toro de las cuevas prehistóricas podrían hacer referencia a esta constelación (Antequera Congregado, Luz, Altamira. Astronomía, Magia y Religión en el Paleolítico, 1994: se encuentra similitud entre la posición de Tauro en un planisferio del s. IX y la que muestran los bisontes de las pinturas rupestres) Forman parte de esta constelación las Híades y las Pléyades (cf. gr. πλείω, navegar. El orto helíaco de este grupo de estrellas señalaba a los marinos la llegada de los vientos propicios para la navegación) Se asoció a esta constelación el mito del rapto de Europa por parte de Zeus y el del Minotauro. Respecto al grupo de las Pléyades, son 500 estrellas de las cuales 7, las más brillantes, se asociaron a las 7 hijas de Atlas y Pleíone. Las Híades, otro grupo de estrellas, hermanas de las Pléyades, eran también 7 ninfas y se las conocía por «las estrellas de lluvia», porque su aparición coincidía con la de la lluvia en primavera.


3- Géminis (gr. ο Δδυμοι; lat. Gemini): por esta constelación pasa el sol después del solsticio de verano y a ella asociaron los griegos la leyenda de los mellizos Cástor y Pólux.


4- Cáncer (gr. Καρκνος; lat. Cancer): en la antigüedad, el sol alcanzaba su punto más al norte en el cielo cuando estaba en esta constelación (21 de junio, solsticio de verano) De ella recibió su nombre el Trópico de Cáncer, dado que el sol alcanzaba su zenit al mediodía al norte del ecuador, en la latitud 237'. El efecto de precesión ha provocado que, en la actualidad, el sol se encuentre en Géminis en el solsticio de verano y que entre en Cáncer del 18 de julio al 7 de agosto. Fue asociada al mito del segundo trabajo de Hércules.


5- Leo (gr. Λων; lat. Leo): esta constelación, asociada al primer trabajo de Hércules _el león de Nemea_ es, junto con Virgo y Escorpio, una de las más grandes. La disposición de sus estrellas parece la figura de un león sentado sobre sus patas. Otra leyenda relaciona esta constelación con uno de los dos leones que van por delante de la constelación de Virgo, tirando del carro de Cibeles.



6- Virgo (gr. Παρθνος; lat. Virgo): la doncella que representa esta constelación, portadora de una palma y una espiga, se ha relacionado con muchas divinidades: Ishtar, diosa babilonia de la fertilidad; Astrea, diosa romana de la justicia (su balanza es la constelación de Libra) y Deméter, diosa griega de la agricultura y la tierra cultivada (de ahí que su estrella más brillante reciba el nombre de Spica: la espiga). Hace 2000 años, cuando comenzaba el tiempo de la cosecha y de la vendimia, Virgo desaparecía del cielo al atardecer. En Grecia fue asociada al mito del rapto de Perséfone, concretamente con el hecho de que Perséfone pasara con su madre, Deméter, la primavera y el verano, la época del año en que el sol pasa por esta constelación.



7- Libra (gr. α Χηλα, las pinzas del escorpión; lat. Libra): es la única constelación que no representa a un animal o tiene figura humana. Según Alberto Martos Rubio, en Historia de las Constelaciones. Un ensayo sobre su origen, esta constelación se dividió, debido a su tamaño, en dos. De hecho, en el zodiaco griego antiguo no existió nunca como Libra, sino que recibió el nombre de Quelas, pinzas del escorpión. Parece que las estrellas de Libra eran parte de la constelación de Escorpio y que, más concretamente, representaban las pinzas de éste. Las dos estrellas principales, además, recibieron el nombre árabe de Zuben Elhenubi, pinza sur (α Librae), y Zuben Eschemali, pinza norte Librae). De todas formas, según Martos Rubio, nunca perteneció a Escorpio, sino a Virgo, en la que los romanos vieron a Astrea, diosa de la justicia, portando una balanza. Así, el nombre de Libra le fue dado por los romanos que recuperaron, de este modo, el nombre que tuvo en Babilonia. Es posible, según Martos Rubio, que fuese Marco Terencio Varrón quien le diera este nombre en su Rerum Rusticarum. La razón de su nombre latino podría estar en el hecho de que hace 2000 años el sol la cruzase en otoño, cuando el día y la noche tienen la misma duración y, por tanto, se igualan y equilibran.


8- Escorpio (gr. Σκορπος; lat. Scorpius): es la única que se parece a lo que indica su nombre. Entre los griegos representa al escorpión enviado por Ártemis para que matara a Orión. Cuando los dos fueron colocados en el firmamento, se les puso lejos a uno del otro para que no pudieran volver a encontrarse. De hecho, Orión desaparece cuando aparece Escorpio.


9- Sagitario (gr. Τοξτης; lat. Sagittarius): se le representa como a un Centauro o a un arquero. Su flecha apunta al corazón del Escorpión, la estrella Antares, la más brillante de Escorpio, cuyo nombre árabe es Qalb al-‘Aqrab (el corazón del Escorpión). En Grecia se asoció al centauro Quirón y, según otra leyenda, a Croto, hijo de Pan. Está situada al centro de la Via Láctea y oculta detrás de espesas nubes de materia interestelar, por lo que resulta difícil su observación.





10- Capricornio (gr. Αγοκερες, el cuerno de la cabra; lat. Capricornus): su representación es muy curiosa, pues es una cabra con cola de pez. La razón podría estar en el hecho de que el período de lluvias, en la antigüedad, empezaba cuando el sol entraba en esta constelación, y podría deberse también a esto el hecho de que las dos constelaciones que quedan, Acuario y Piscis, estén relacionadas con el elemento agua, dado que la época de lluvias todavía seguía unos meses más después de que el sol transitara por Capricornio. En Mesopotamia, Capricornio, Acuario y Piscis estaban asociados al dios Ea, señor de la sabiduría, de las artes, del agua y de la fertilidad. Una de sus representaciones iconográficas nos lo muestra como una figura masculina portando o vertiendo agua; otra lo muestra como una cabeza de cabra sobre un altar o como una cabra-pez. Hace miles de años, en el solsticio de invierno, el sol alcanzaba su punto más meridional estando en esta constelación. Por eso, recibió su nombre el Trópico de Capricornio. Actualmente, el sol está en Sagitario durante el solsticio de invierno. En Grecia, se asoció a la cabra Amaltea, la nodriza de Zeus.


11- Acuario (gr. δροχοες, el aguador; lat. Aquarius): Como hemos explicado ya hablando de Capricornio, el sol transita por esta constelación cuando todavía es época de lluvias. Relacionado con el dios mesopotámico Ea, adopta una de las representaciones de él: la de una figura humana vertiendo agua. En Grecia, está relacionado con el mito del Diluvio universal, concretamente con Deucalión, el hijo de Prometeo y constructor del arca. Pero, según otra leyenda, representa a Ganimedes, el copero y aguador de los dioses. En Mesopotamia, es Ea el que avisa a Atrahasis (el equivalente al Noé bíblico) para que construya un barco y salve a su familia y a todos los animales de la tierra del diluvio de Enlil (dios supremo del panteón sumerio-acadio)



12- Piscis (gr. ο χθες; lat. Pisces): ésta es la constelación por la que actualmente transita el sol en el equinoccio de primavera. Es una constelación grande, como la de Acuario, pero, como ella, de estrellas débiles. Tal y como se ha comentado ya, recibió, probablemente, un nombre relacionado con el agua por el hecho de que, en la antigüedad, el período de lluvias todavía la alcanzaba. Para los griegos, estos dos peces unidos por la cola representaban a Afrodita y a Eros que, convertidos en peces (los demás dioses también adoptaron formas de animales) intentaban despistar a Tifón quien los perseguía.

13- Ofiuco o Serpentario (gr. φιοχος, el que sostiene la serpiente; lat. Ophiuchus): parte de esta constelación se encuentra en la eclíptica, por lo que no son 12, sino 13 las constelaciones zodiacales. Debido, además, a la precesión de los equinoccios, se ha ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de forma que durante la primera quincena de diciembre el sol entra en esta constelación. Se representa con la figura de Asclepio, el dios griego de la medicina, que coge con sus manos una serpiente (la constelación de Serpens), que tiene la cabeza hacia el Oeste y la cola hacia el Este. Desde el punto de vista de la mitología, Ofiuco continúa la leyenda de Orión y el Escorpión. Según el Escorpión va ascendiendo por el horizonte oriental, Orión muere y se pone por el Oeste, pero Asclepio, con los poderes curativos que Apolo y Quirón le enseñaron, sanó al cazador y aplastó al Escorpión con el pie. Por eso Orión resurge por el Este y el Escorpión es aplastado por el Oeste.