divendres, 11 de maig del 2007

Lemuria

Las lemuria eran las fiestas que se celebraban los días 9, 11 y 13 de mayo (días nefastos) para conjurar a los lemures, espíritus de los muertos. Se confundían con los manes, espíritus benéficos y sobre todo con las larvas, espíritus maléficos.

Según Ovidio Fasti V 419-492 el ritual era así:

A medianoche el pater familias se levantaba y haciendo el gesto apotropaico de introducir el pulgar entre los demás (hacer la "higa", gesto obsceno aún vigente) iba descalzo a una fuente, donde se lavaba las manos. Después daba una vuelta por la casa e iba arrojando a su espalda unas habas negras mientras pronunciaba "Tiro estas habas y por ellas me rescato a mí y a los míos".'haec ego mitto, his' inquit 'redimo meque meosque fabis.'Lo decía nueve veces sin mirar hacia atrás, pues los lemures iban recogiendo las habas. Finalmente se lavaba de nuevo las manos y golpeaba un objeto de bronce repitiendo nueve veces 'manes exite paterni' "Manes de mis antepasados, salid de aquí".
Entonces ya podía mirar hacia atrás pues los lemures satisfechos se habían marchado.

Ovidio relaciona esta fiesta con Rómulo quien la instituyó para aplacar el espítitu de su hermano Remo. Así la fiesta se llamaría Remuria y de ahí pasaría a Lemuria.

A las habas se les atribuía un carácter fúnebre y se usaban en rituales mágicos relacionados con el mundo subterráneo, por ejemplo en las fiestas de las Feralia, en las que la hechicera que realizaba el sacrificio a Tácita se metía en la boca siete habas negras (Ovidio Fasti II 571-582)y en las de Carna, el uno de junio, día que comúnmente se llamaba kalendae fabariae.(Ov. Fasti VI-169-182). Leed el artículo que sobre estas legumbres ha preparado Charo Marco en su De re coquinaria, y conoceréis muchos detalles curiosos sobre ellas.

Evolución posterior:
Durante la persecución del emperador Diocleciano hubo tantas muertes que no se podían conmemorar todas una por una. Así surgió la necesidad de organizar una fiesta común que pudiera rememorar a todos.
El 13 de mayo del año 609 el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón de Agripa (dedicado a los dioses romanos), en el que había depositado numerosas reliquias de mártires, como basílica cristiana, en honor de María Virgen y de Todos los Mártires, bajo el nombre de Sta. María ad martyres. Quizá se eligió este día para sustituir las fiestas paganas de las Lemuria que se celebraban los días 9, 11 y 13. Después Gregorio III (731-741) la transfirió al 1 de Noviembre y en 835 el Papa Gregorio IV presionó sobre Ludovico Pío para que sancionara con un decreto real la celebración en sus dominios de la fiesta de Todos los Santos con la fecha de 1 de noviembre. A partir del decreto, la celebración de Todos los Santos pasó de fiesta local en Roma y de alguna iglesia particular a fiesta general, esparciéndose rápidamente por toda Europa.

Y como fiesta mayor que era requería una vigilia, precisamente el 31 de octubre, la noche de los muertos de los antiguos celtas. El cambio de fecha se origina por la conversión al cristianismo de pueblos de tradición pagana que no querían perder sus fiestas y costumbres. Esta vigilia se llamó All Hallow's Even (Vigilia de Todos los Santos) y con el paso del tiempo su importancia fue creciendo y su pronunciación fue cambiando hasta terminar en lo que hoy conocemos como Halloween.


1 comentari:

Charo Marco ha dit...

Como siempre, un artículo muy bueno e interesante.

Un besazo