diumenge, 7 de març del 2010

Dies togae virilis

El símbolo del abandono de la niñez lo constituía la adquisición de la toga virilis por parte de los chicos. Aunque la toma de la toga viril podía darse en otras fechas, el día establecido en el calendario para esta ceremonia era el 17 de marzo, en las Liberalia, fiestas en honor del dios Liber identificado con Dioniso. Ovidio nos lo cuenta en Fasti III
Me resta descubrir el motivo por el que el día de tu fiesta, resplandeciente Baco, se les entrega a los niños la toga viril .¿Se debe acaso a que tú te muestras siempre como niño y joven a la vez, estando tu edad a medio camino entre ambas? ¿O porque, al ser tú mismo padre, los padres confían sus prendas más queridas, sus propios hijos, a tu cuidado y divino desvelo? ¿O quizá por llamarte Líber se toma ese día la toga calificada de «libre» en tu honor y se emprende el camino de una vida más «libre»? ¿O tal vez porque en los tiempos en los que nuestros antepasados cultivaban los campos con un afán mayor que el actual, en que el senador labraba la heredad paterna, en que el cónsul abandonaba el curvo arado para tomar las fasces, y no era una deshonra tener callos en las manos, la gente aldeana acostumbraba a acudir a Roma a los juegos (honor éste que entonces se rendía a los dioses, no a gustos particulares: el dios descubridor de la viña veía celebrarse en el día de su fiesta unos juegos que hoy día comparte con la diosa portadora de la antorcha), y en consecuencia parece oportuno que fuese este día y no otro el que se impusiera la toga para que el recién investido se viese acompañado por esta numerosa concurrencia de personas?

Edad adecuada:
No había una edad fija para tomar la toga viril, dependía en primer lugar de la voluntad del pater, Así vemos en Cicerón Att, 9, 17,1

Ciceroni meo togam puram cum dare Arpini vellem

En el mismo sentido en Suetonio, Vida de Claudio, 43 leemos que el emperador Claudio quería adelantar la toma de la toga viril de Británico
aunque Británico era muy joven aún, quería adelantar la edad, ya que su estatura lo permitía y hacerle vestir antes de tiempo la toga viril, exclamando que el pueblo romano tendría al fin un verdadero César.

Normalmente oscilaba entre los 14 y los 16 años dado que estaba vinculado a la pubertad y a la capacidad de tener hijos, lo vemos en Festo
Pubes puer, qui iam generare potest . Is incipit esse annis quatuordecim; femina viripotens duodecim.
Púber es el niño que ya puede tener hijos. Comienza a los 14 años, en las chicas a los doce.
Era necesario en primer lugar demostrar la pubertad del muchacho a través de la inspectio corporis, es decir el examen físico para constatar la existencia de los signos externos propios de la madurez, habitus corporis. Normalmente la inspectio corporis se realizaba en la intimidad del hogar y muchas veces por casualidad, por ejemplo San Agustín en Confesiones 2,3:
Luego, pues, que en dicho año decimosexto de mi edad comencé a estar en casa con mis padres,..... una vez que estando yo en el baño me vio mi padre con señas de pubertad, como lisonjeándose ya con la esperanza de tener nietos, se lo fue a contar a mi madre muy alegre y gozoso.
Sabemos que la solemnitas togae purae constaba de ceremonias privadas y públicas ( Tertuliano en De Idololatria,16,1)
Circa officia uero priuatarum et communium sollemnitatum, ut togae purae, ut sponsalium,
En cuanto a las ceremonias, sin embargo, de las solemnidades privadas y sociales-como los de la toga blanca, de esponsales, de boda,....


Ceremonia privada:
La primera parte se celebraba en el interior de la casa del joven y consistía en el abandono de los insignia pueritiae, es decir la toga praetexta y la bulla, que evidenciaban la infancia del niño.
La costumbre de que los niños llevaran la toga praetexta propia de los magistrados y la bulla de los triunfadores nos la explica Macrobio, Saturnalia, 1, 7-11 :
Tulo Hostilio, el tercer rey de los romanos, tras vencer a los etruscos, introdujo en Roma la silla curul, los lictores y la toga bordada, que eran símbolos de los magistrados etruscos. Pero en aquella época los niños no utilizaban la toga pretexta, puesto que ésta era, como los otros elementos que acabo de citar, un atributo honorífico. Pero más tarde Tarquinio Prisco, hijo del exiliado corintio Demarato, que algunos cuentan que era llamado Lucumón, tercer rey después de Tulo Hostilio y quinto después de Rómulo, celebró un triunfo entre los sabinos. En esa guerra, su hijo, que tenía por entonces catorce años, mató con sus propias manos a un enemigo y por eso su padre lo ensalzó públicamente ante una asamblea y le otorgó una bula de oro y una toga pretexta, honrando con las recompensas propias de la edad adulta y del ejercicio de los cargos públicos a un niño que había dado pruebas de valor superiores a las propias de su edad. Pues, en realidad, la pretexta era el signo de los magistrados, del mismo modo que la bula era de los vencedores, que la llevaban ante sí durante el triunfo encerrando dentro de ella los remedios que estimaban más eficaces contra el mal de ojo. De aquí se tomó la costumbre de que los niños nobles usaran la toga pretexta y la bula como presagio y deseo de que consiguieran un valor semejante al de aquél que obtuvo tales recompensas a tan tierna edad.
En este primer momento el joven entregaba la toga praetexta y la bulla a los Lares. Persio 5, 30
Tan pronto como la púrpura que me custodiaba se apartó de mi timidez, y entregada a los ceñidos Lares colgó mi bulla;.....

Después se vestía con la túnica recta de color blanco con la que se acostaba esa noche. Esto mismo ocurría en el caso de las chicas, que la noche previa al matrimonio, dormían con la túnica recta.
Festo nos dice:
364 L: Regillis tunicis, albis, et reticulis luteis, utrisque rectis textis susum versum a stantibus. Pridie nuptiarum diem virgines indutae cubitum ibant ominis causa, ut etiam in togis dandis observari solet.
La víspera de las bodas, las vírgenes se acostaban vestidas con túnicas blancas rectas y una redecilla de color azafrán, tejidos de arriba hacia abajo por los artesanos de pie, para evitar la mala suerte, como se tenía la costumbre de hacer cuando se daba la toga viril.
La túnica recta según leemos en Plinio Nat. Historia, 8, tuvo su origen en la época de la monarquía ya que fué Tanaquil, la esposa de Tarquinio el Viejo, la primera que la tejió.
ea prima texuit rectam tunicam, quales cum toga pura tironi induuntur novaeque nuptae.
Tanaquil fue la primera que tejió una túnica recta con la que se vestían las novias y los jóvenes con toga pura
Lo mismo que la toga pura, la túnica recta de la novia estaba tejida a la usanza antigua, en sentido vertical y era de color blanco lo que de debe al valor simbólico de este color, la pureza ritual.


Ceremonia pública:
A la mañana siguiente, bien temprano en el caso de los más humildes, comenzaba la deductio in forum. La hora en la que se iniciaba esta deductio variaba según la condición social, así nos dice Cicerón Pro Murena, 69
qua in civitate rogati infimorum hominum filios prope de nocte ex ultima saepe urbe deductum venire soleamus,
en la ciudad donde a veces acompañamos casi de noche a hombres de ínfima posición
Incluso podía suceder a media noche como en el caso de Claudio que además fué llevado en lectica
Suetonio Claudio 2,2,: et togae virilis die circa mediam noctem sine sollemni officio lectica in Capitolium latus est.




El joven, que llevaba la toga viril iba acompañado de familia y amigos hasta el Capitolio, atravesando el foro. Allí era inscrito en la lista de los ciudadanos y recibía oficialmente los tria nomina, pasando a formar parte de la comunidad de ciudadanos. Según el Epitome de praenominibus de Auctor incertus:
Pueris non prius quam togam virilem sumerent, puellis non ante quam nuberent praenomina imponi moris fuisse Q. Scaevola auctor est.
Quinto Scévola afirma que la costumbre era imponer el praenomen a los chicos cuando tomaban la toga viril, y a las chicas cuando se casaban.

En cuanto al hecho de ser inscrito en el tabularium como ciudadano nos ha llegado un documento sorprendente procedente de Egipto pues ha sido interpretado como un certificado de haber tomado la toga pura datado en el 110 , copia del original que estaría en el foro de Augusto en Roma.
Extracto del álbum de (adquisiciones de) la pura toga:; [En el consulado de Servio Escipión] Salvidieno Orfito y Lucio Peduceo [Pristinus, - - -] en el año [13?] del emperador César [Nerva Trajano Augusto] Germánico Dacico [- - -] en Alejandría en Egipto, una copia fue hecha y verificada de un registro (nuevo) en el Foro de Augusto, [en el que estaba escrito que el que está escrito debajo (?)];[- - -] Iulianus, hijo de Marco, de la tribu Pollia [certifica de su hijo - - -] que ha asumido la [toga] Pura [- - -]
Posteriormente el joven depositaba una moneda en el templo de la diosa Iuventas, llamada dea novorum togatorum (Tertuliano, Ad nat, 2.11) y hacía un sacrificio ante el altar de la diosa, o ante la imagen del dios Liber, que se encontraba en el Capitolio. La razón de la entrega de la moneda nos la da Dionisio de Halicarnaso 4, 15, 5
Como Lucio Pison escribe en el libro primero de sus Anales, queriendo saber el número de los habitantes de la ciudad, y de todos los que nacían y morían, y llegaban a la edad de madurez, (Servio Tulio) estableció las monedas que debían pagar los padres por cada uno - en el tesoro de Ilithia (llamada por los romanos Juno Lucina) por los que nacían, en el de la Venus de la Arboleda (llamado por ellos Libitina) por aquellos que morían, y en el tesoro de Juventas por los que llegaban a la edad adulta. Por medio de estas monedas se sabe cada año, el número de todos los habitantes y cuantos de ellos estaban en edad militar.
Era una día de gran alegría para todos, así nos recuerda Séneca en sus Epístolas a Lucilio. 4, 2
Recuerdas, sin duda, qué gozo tan grande experimentaste cuando, dejada la pretexta, recibiste la toga viril y fuiste conducido al foro; espera alcanzar uno mayor cuando hayas renunciado al espíritu infantil y la filosofía te cuente en el número de los adultos.

Para terminar la ceremonia se celebraba un banquete para los amigos y familiares y si pertenecía a una familia acomodada, podía darse incluso un congiarium a la plebe. Esto solía ocurrir cuando se trataba de la familia imperial, aunque hay más ejemplos. Así Apuleyo nos dice que su mujer Pudentilla había pagado 50.000 sestercios al pueblo con motivo de la toma viril de su hijo Pudente (Apologia 87)
También Plinio el Joven (Ep. 10. 116) nos comenta a Trajano su preocupación respecto a esta generalizada costumbre social de realizar costosas fiestas para celebrar la toma de la toga, la boda, etc...
Qui virilem togam sumunt vel nuptias faciunt vel ineunt magistratum vel opus publicum dedicant, solent totam bulen atque etiam e plebe non exiguum numerum vocare binosque denarios vel singulos dare.
Cualquiera que asume la toga virilis o celebra una boda o toma posesión de una magistratura o dedica una obra pública, suele invitar a toda la bulé y además a un número no pequeño de la población y dar a cada persona uno o dos denarios.

El joven portador de la toga viril era llamado ahora vesticeps, adquiere la capacidad jurídica de contraer matrimonio, si era suis iuris salía de la tutela impuberum y era capaz de administrar su patrimonio, pero si era filius familias, seguía estando bajo la autoridad del padre con los derechos y deberes de ciudadano: derecho de voto, de ejercer magistraturas, de emprender acciones judiciales, de acceder al senado y formar parte del ejército.

Desde este momento dedicaba un año al aprendizaje de los asuntos públicos (tirocinium fori) bajo la tutela del propio padre o de algún familiar o amigo de la familia entendido en cuestiones políticas y judiciales. Cicerón cuenta que su padre lo confió a Q. Mucio Escévola Augur, yerno de Lelio, uno de los sobrevivientes de la gran generación de los Gracos. Laelius de Amicitia, I

Yo por mi parte, había sido llevado por mi padre junto a Scévola, tomada la toga viril, de tal manera que hasta donde donde pudiera y se me permitiera, no me separara de aquel anciano.

Cicerón trató de aprovechar todas las oportunidades para instruirse siguiendo su escuela:

fierique studebam eius prudentia doctior

me afanaba en llegar a ser más docto con su prudencia

Se inició en el derecho bajo su dirección, asistiendo a las consultas de aquel jurisconsulto. También el propio Cicerón hizo lo mismo con sus amigos como: Celio, Pansa, Hircio, Dolabela

Al año, aunque su formación política no había terminado por lo que el joven noble continuaba siguiendo los pasos a un hombre político de éxito, a su propio padre o, con más frecuencia, a un gran protector, comenzaba su formación militar tirocinium militiae como paso previo a su incorporación a la carrera política cursus honorum.




dilluns, 1 de març del 2010

INFANTIA I: INTRODUCCIÓN. NACIMIENTO


El período comprendido entre el nacimiento y los 7 años de edad recibía en Roma el nombre de Infantia. Infans era aquél que no hablaba (in-fari) o que era incapaz de construir un discurso lógico y bien estructurado. A partir de los 7 años, se entraba en la Pueritia.

En Roma, como en prácticamente todas las culturas y civilizaciones, existía un cuidadoso ritual alrededor del nacimiento y los primeros años de vida. El recién nacido representaba el miembro más débil de la unidad familiar y como tal debía ser objeto de cuidados y mimos. Es por esto que, como iremos viendo, había todo un séquito de divinidades protegiendo al bebé en todas las facetas y aspectos de su vida. A esto se suma el hecho de que las primeras semanas de vida eran cruciales para su supervivencia, dada la elevada tasa de mortalidad durante ese período, aunque éste no era el único obstáculo que un recién nacido debía salvar.

Ese cuidado que rodeaba el mundo de la infancia se observa ya en el mito «construido» alrededor de su procedencia. En nuestra cultura, los niños vienen de París o los trae la cigüeña, para los romanos procedían del bosque sagrado de Juno, concretamente de Juno Lucina, protectora del parto y, junto a Hércules, de la infancia. Nos lo cuenta Ovidio, Fasti II, 428 y ss:


nam fuit illa dies, dura cum sorte maritae

reddebant uteri pignora rara sui. 430

'quid mihi' clamabat 'prodest rapuisse Sabinas'

Romulus (hoc illo sceptra tenente fuit),

'si mea non vires, sed bellum iniuria fecit?

utilius fuerat non habuisse nurus.'

monte sub Esquilio multis incaeduus annis 435

Iunonis magnae nomine lucus erat.

huc ubi venerunt, pariter nuptaeque virique

suppliciter posito procubuere genu:

cum subito motae tremuere cacumina silvae,

et dea per lucos mira locuta suos. 440

'Italidas matres' inquit 'sacer hircus inito.'

obstipuit dubio territa turba sono.

augur erat, nomen longis intercidit annis:

nuper ab Etrusca venerat exul humo;

ille caprum mactat: iussae sua terga puellae 445

pellibus exsectis percutienda dabant.

luna resumebat decimo nova cornua motu,

virque pater subito nuptaque mater erat.

gratia Lucinae: dedit haec tibi nomina lucus,

aut quia principium tu, dea, lucis habes. 450

parce, precor, gravidis, facilis Lucina, puellis,

maturumque utero molliter aufer onus.


Hubo una época en que, por un aciago destino, las esposas no daban a sus maridos más que extraños testimonios de su fecundidad. « ¿De qué me sirve haber raptado a las sabinas -exclama Rómulo (pues esto sucedía durante su reinado)- si el ultraje que cometí no nos ha proporcionado nuevos hombres, sino que ha traído la guerra? Hubiera sido más provechoso no haber traído mujeres»

Al pie del Esquilino, y desde tiempos remotos respetado por el hacha, había un bosque sagrado bajo la advocación de la gran Juno. Nada más llegar a este lugar, esposas y maridos a un tiempo se prosternaron en actitud de súplica. Cuando, de repente, las copas de los árboles, agitadas, comenzaron a estremecerse, y la diosa, a través de su bosque sagrado, dejó oír estas extrañas palabras: «Que el sagrado macho cabrío–dijo- penetre a las matronas itálicas»

La multitud, aterrorizada, quedó atónita por el dudoso significado de aquellas palabras. Estaba presente un augur (su nombre, después de tanto tiempo ha caído en el olvido) que hacía poco que había llegado exiliado de tierra etrusca. Éste sacrificó un macho cabrío. Por orden suya, las jóvenes ofrecieron sus espaldas para ser golpeadas con las correas cortadas de la piel de la víctima sacrificada. En su decena revolución, la luna renovaba los cuernos de su creciente cuando, de repente, el marido se ve convertido en padre y la esposa, en madre. ¡Gracias a Lucina! Tal nombre te confirió el bosque sagrado; o quizá recibas tal calificativo, porque tú, diosa, eres el origen de la luz. Ampara, benévola Lucina, te lo ruego, a las mujeres encinta, y extrae suavemente de su seno el fruto ya maduro.


Las copas de los árboles sagrados estaban repletas de nidos con niños para que las mujeres que allí acudieran pudiesen elegir el suyo.


En este bosque se erigiría, en el año 375 aC, un templo en honor de Juno Lucina. El natalis de su construcción se celebraba el día 1 de marzo con la festividad de las Matronalia. Por disposición de Servio Tulio, en este templo se depositaba una moneda por cada recién nacido.

Comentábamos más arriba que el bebé debía superar varios obstáculos antes de ser un miembro más de la comunidad. De hecho, podrían diferenciarse tres fases:


· Nacimiento: con gran riesgo de su vida y de la de su madre, el niño deja el mundo invisible que supone el vientre materno y entra en el mundo de los vivos.

· Aceptación: se trata de la aceptación, o no, por parte del paterfamilias, después de lo cual recibirá, por fin, las primeras curas y cuidados.

· Entrada en la comunidad: con la celebración del Dies Lustricus, el recién nacido entrará a formar parte de la comunidad como miembro de pleno derecho.


Nacimiento


Los niños nacían en casa. La madre era asistida por el resto de las mujeres de la casa, por las vecinas o por una comadrona, al mismo tiempo que se invocaba a la diosa Juno Lucina para que facilitara el alumbramiento. Sabemos que se utilizaba una silla obstétrica, propiedad de la comadrona, en la que la futura madre se sentaba completamente desnuda y con los cabellos sueltos, evitando así que cualquier nudo imposibilitara un buen nacimiento. Sobre esto Ovidio, Fasti III, 258, dice:


Si alguna se encuentra encinta, que levante sus plegarias después de soltarse el cabello, para que Juno Lucina le suelte también dulcemente el fruto de sus entrañas.



Según M.A. Marcos Casquero, se trata de un principio de magia simpática. Siendo Juno Lucina la protectora de los partos, su ritual exige que las mujeres, especialmente las embarazadas, no lleven nada que esté atado. Eso redundará en un parto fácil, en el que el recién nacido se desatará sin dificultad de su madre, a la que está atado por el cordón umbilical.


El bebé recibía el nombre de PUPUS hasta que, en el Dies Lustricus, se le imponía el nombre oficial.



El recién nacido era entonces examinado por la comadrona:


1- Observaba el sexo, que era anunciado a las presentes por medio de signos.

2- Cortaba el cordón umbilical. Los médicos antiguos recomendaban un cuchillo bien afilado, pero las comadronas preferían no utilizar ningún instrumento metálico por considerar que podía provocarse la muerte involuntaria y violenta del niño. Así, utilizaban otros medios: un trozo de vidrio o de cerámica, una caña o una corteza de pan duro. Finalmente, el cordón umbilical se ataba con un trozo de hilo de lana.

3- Colocaba al niño en el suelo para observar si era un bebé sano: con qué fuerza lloraba al entrar en contacto con el suelo frío, si presentaba anomalías físicas, si flexionaba bien las extremidades, si tenía todos los dedos…

4- Si el recién nacido tenía vigor y fuerza física, era preparado para ser presentado al paterfamilias