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diumenge, 15 de febrer del 2015

Un gran epitafio para una gran mujer


En estos días se celebraban en la antigua Roma las fiestas en honor de los difuntos, Parentalia, Feralia y Carístia, pero también las Lupercalia, fiestas de fertilidad y purificación que nos han llegado transformadas por el cristianismo en la fiesta de San Valentín y el día de los enamorados.
Para aunar ambas celebraciones vamos a presentar el epitafio sepulcral de una esposa ejemplar llamado laudatio Turiae. Se trata de la inscripción más extensa que se ha conservado (unas 180 líneas) que es en realidad una laudatio funebris, o elogio fúnebreescrita por el esposo de la fallecida  en su honor.
La laudatio era un género literario muy del gusto de la aristocracia senatorial romana que a la muerte de todo hombre público le dedicaba un elogio fúnebre en su funeral y que en ocasiones se escribía en piedra.



Las dos placas de mármol que lo formaban con un peso de unas tres toneladas se han conservado parcialmente en diferentes fragmentos que han ido apareciendo en distintos lugares de Roma desde el siglo XVII. 
Entre los trozos que faltan está el principio de la inscripción en el que aparecerían los nombres de la esposa y del dedicante, su marido. La hipótesis más difundida, aunque actualmente está muy cuestionada es la que identifica este matrimonio de la inscripción con el cónsul Quinto Lucrecio Vespillo y su esposa Turia cuyas vidas guardan cierto paralelismo con lo narrado en el epitafio según  Valerio Máximo, Apiano y Dión Casio.

El texto completo con comentarios y traducción lo encontraréis en en este enlace

Sean quienes sean este matrimonio sabemos que disfrutó de su vida en común durante cuarenta años y pasó unos años de grandes sufrimientos por la convulsa situación política debido a la guerra civil entre César y Pompeyo (49 a C.) y a las proscripciones de los partidarios de Pompeyo (43 a C.) que hizo que la esposa pusiera en peligro su vida al mantener oculto a su esposo en la casa, a esto hay que añadir otras desgracias que les afectaron como el asesinato de los padres de ella, y la lucha por recuperar el patrimonio familiar.

Cuando se restablece la paz, logran la felicidad en su matrimonio que no es completa por la ausencia de hijos. Ante este hecho la propia esposa sugiere el divorcio para que su marido pueda formar una familia con otra mujer, mientras ella se encargaría de cuidar a los niños, lo que demuestra la generosidad de la mujer hacia su esposo. En casos de infertilidad era muy frecuente esta práctica del divorcio, pero era planteada por el esposo no la propia mujer.
A la propuesta el marido reacciona de forma colérica tal como leemos ¿ser tú capaz de concebir algo que me impediría, estando aún vivo, seguir teniéndote como esposa, después de haberme sido tan fiel cuando estaba casi muerto?



La muerte de la esposa rompe la concordia establecida en esta pareja y las palabras que él le dedica están llenas de amor, respeto y veneración. El final de la laudatio dice, siguiendo la traducción de Robles y Torres, Epitafio de una esposa ejemplar, 2002:

Me tomaste la delantera en la muerte. Has hecho que me tocara a mí el duelo por tu ausencia y has dejado en soledad a un marido sin hijos. Por mi parte, plegaré mis opiniones a tus criterios y seguiré tus advertencias.

Que todos tus consejos y recomendaciones cedan el puesto a los elogios que te dedico, para que me sirvan de consuelo y no añore demasiado lo que he entregado a la inmortalidad y al perpetuo recuerdo.

Tu vida no habrá sido infecunda para mí. Confortado al pensar en el buen recuerdo que has dejado y aleccionado por tu ejemplo, resistiré a la Fortuna que no me ha despojado del todo, cuando permite que mis elogios sirvan para acrecentar tu fama. Pero la paz de tu existencia la he perdido al morir tú y, si recuerdo cuán previsora y defensora fuiste en mis peligros, quedo roto por la desgracia y no puedo mantener lo prometido.

El dolor natural arranca las fuerzas a mi entereza. Me hundo en la pena y no puedo hallar mi equilibrio ni en el dolor ni en el miedo que me aflijen: al recordar mis desventuras del pasado y prever el futuro que me aguarda, pierdo toda esperanza. Privado de tu protección tan grande y no pudiendo apartar mi mente  de tu recuerdo, no me veo ahora con fuerzas suficientes para sobrellevar esto, sino más bien destinado a la nostalgia y el llanto.

Para acabar mi discurso, diré que tú te lo mereciste todo, pero que no estuvo en mi mano dártelo todo. Tengo por ley tus mandatos y lo que aún pueda hacer por ti, lo cumpliré.

Que tus manes te concedan y descanso y te guarden en él.



diumenge, 10 de novembre del 2013

Mundus Patet


En la antigua Roma el día 8 de noviembre , como el 24 de agosto y el 5 de octubre, eran días religiosi. Se celebraba el  Mundus Patet, "el mundo está abierto" en estos días los espíritus de los difuntos vagaban libremente por la ciudad pues la puerta del Hades estaba abierta. Resulta semejante a la moderna fiesta de Halloween de la noche 31 de octubre.

Veamos qué es el mundus. Las fuentes clásicas dan descripciones ambiguas del mundus, para Plutarco es una fosa de fundación en la que los compañeros de Rómulo habrían depositado las primicias y un puñado de tierra de su país de origen. Para otros como Catón se trata de una cavidad subterránea a la que se podría bajar, pero que estaba habitualmente cerrada porque estaba consagrada a los dioses Manes o a divinidades infernales, a excepción de tres días al año en los que mundus patet, el mundo está abierto, durante los cuales no se podía realizar ninguna actividad pública o privada.

¿Cuál es su ubicación?Siguiendo al profesor F. Coarelli el mundus estaría ubicado entre el altar de Saturno y el Comitium  (Macrobio, Saturnales, I, 11 , 48 : et in sacellum Ditis arae Saturni cohaerens), en donde se halla una construcción de forma cónica detrás de los rostra imperiales y al lado del arco de Septimio Severo, que Coarelli identifica con el umbilicus Urbis, el ombligo de la ciudad, que sería al mismo tiempo el centro simbólico y el centro cósmico de la ciudad.
Considera que puede haber sido a la vez la fosa circular, cuya parte subterránea estaría consagrada a los dioses infernales abierta sólo tres veces al año y al mismo tiempo la fosa de fundación de la ciudad.

Umbilicus urbis Romae hodie

La información sobre esta enigmática fiesta nos llega sobre todo a través de Festo en su obra, De verborum significatione, XI, en diferentes citas:
Se llama el mundus Cereris que se abre tres veces al año, 24 de agosto, 5 de octubre y 8 de noviembre....porque la tierra se mueve (...)
El  mundus, como dice Ateio Capitón en el séptimo libro de Derecho Pontificial suele abrirse tres veces al año en los días siguientes: al día siguiente de las Volcanalia, tres días antes de las nonas de octubre y el sexto día antes de los idus de noviembre.
 Catón en sus comentarios sobre el derecho civil, explica " El nombre que se le aplica al mundus proviene de mundo (mundus) que está por encima de nosotros; la forma de ambos es, según la opinión de los que han podido entrar, muy semejante. Nuestros antepasados decidieron que la parte inferior debía quedar cerrada permanentemente al estar consagrada a los dioses Manes a excepción de los tres días mencionados antes. Consideraron además que estos días eran religiosi porque en ese tiempo los secretos de la religión de los Dioses Manes que estaban normalmente ocultos y escondidos salían, por decirlo así, a la luz y a la vista y no quisieron hacer nada relativo a los asuntos públicos en ellos. Por eso, no entablaban combate, no se hacían levas, no celebraban comicios, no se administraba ningún asunto público, a no ser en caso de máxima necesidad"

Y Macrobio, Saturnalia I, 16-18 

Cuando se proclama el Lacial, esto es la celebración de las fiestas Latinas, al igual que en los días de Saturnales, pero también cuando la cavidad infernal está abierta, es de mal agüero iniciar un combate. Por esto ni en el tiempo de las Latinas, en el que antaño se confirmaban las treguas entre el pueblo romano  y los latinos, convenía iniciar una guerra, ni en la festividad de Saturno, que se cree que gobernó sin ninguna algarada bélica, ni estando el infierno abierto, puesto que se le dedica un sacrificio al padre Dis Pater y a Proserpina; pensaron que era mejor marchar al combate una vez cerrada la boca de Plutón. Varrón escribió lo siguiente:
"Cuando la cavidad está abierta, es como si se abriera la puerta de los dioses tristes e infernales. Por esta razón, no sólo es nefasto acometer un combate, sino incluso realizar una leva para  el ejército y marchar como soldado, levar anclas, tomar esposa para tener hijos".
Inscripción funeraria con las siglas D.M.S
"consagrado a los dioses manes"
Los dioses manes son los espíritus de los antepasados. Pero entre los espíritus hay diferentes  tipos, Apuleyo nos aclara la diferencia entre manes, lemures, larvas y lares

El espíritu del hombre después que ha salido del cuerpo pasa a ser o se trasforma en una especie de demonio que los antiguos latinos llamaban lemures. Las almas de aquellos difuntos que habían sido buenos y tenían cuidado y vigilancia sobre la suerte de sus descendientes, se llamaban lares familiares pero las de aquellos otros inquietos, turbulentos y maléficos que espantaban los hombres con apariciones nocturnas se llamaban larvas y cuando se ignoraba la suerte que le había cabido al alma de un difunto, es decir, que no se sabía si había sido trasformada en lar o en larva, entonces las llamaban manes.

Festo, añade que el mundo subterráneo consagrado a los dioses manes estaba cerrado por una piedra, llamada lapis manalis
MANALEM LAPIDEM putabant esse ostium Orci, per quod anime inferorum ad superos manarent, qui dicuntur manes. 

Consideraban que el lapis manalis era la puerta del Orco, a través de la cual las almas del mundo inferior, que se llaman manes, pasaban al mundo superior de los vivos.

En el mismo sentido  Maurus Servius Honoratus. In Vergilii carmina comentarii. , lib III, 134. nos relaciona el mundus con los dioses infernales


quidam aras superorum deorum volunt esse, medioximorum, id est marinorum focos, inferorum vero mundos.

algunos consideran que las aras son propias de los dioses superiores, los fuegos de los intermedios y marinos, y el mundus de los dioses inferiores.




Quedan muchas incógnitas respecto a estos días. Por ejemplo:

-Se desconoce por completo el ritual que se celebraba. Únicamente contamos con un comentario de la III Bucólica de Virgilio conservado en un manuscrito del siglo X en la biblioteca de Berna (scholia Bernensia). El escolio se hace a los versos 104-105 en los que Dametas pregunta a Menalcas:

Dime en qué lugar (y serás para mí el gran Apolo) el espacio celeste no abarca más de tres codos

El anómino comentarista, Schol. Bern. ad Verg. Ecl. 3. 105, da diferentes posibilidades siendo una de ellas la que hace alusión al mundus Cereris:

Altar funerario. s. II d C.
Alii “mundum” in sacro Cereris et caelum pro "mundum” positum dicunt. Aliter: aput antiquos fuit altissimus puteus, in quem descendebat puer, quo cognosceret anni proventus ad sacra celebranda, cuius putei orbis, id est summus circulus non amplius quam trium ulnarum mensuram habebat, cumque descendisset, sursum non ampliorem caeli partem, quam puteus habuit, poterat videre

Otros sostienen que el mundus está situado en el santuario de Ceres y que es caelum en lugar de mundus. De otra manera: entre los antiguos había un pozo muy profundo al que descendía un niño para celebrar los ritos sagrados para saber la cantidad de la cosecha anual. El borde de este pozo, a saber, la circunferencia superior no medía más de tres brazos y el muchacho, una vez abajo, no podía ver, mirando a la parte superior, una parte de más ancha que el cielo que  la apertura de pozo.

- A qué divinidad está consagrado. Los testimonios de Festo y Macrobio difieren en las divinidades a las que está consagrado el mundus, Ceres o Plutón y Proserpina, respectivamente. Quizá la explicación sea que la diosa Ceres en este contexto fue asimilada a la pareja de Plutón y Proserpina, en base a su carácter ctónico, lo que debió ocurrir tras los Juegos Tarentinos de 249 a C (coincidiendo con la primera guerra púnica) que marcan la introducción en el panteón romano de los dioses Plutón y Proserpina. 

- Ausencia de la notación de las festividades en los calendarios. No aparece señalada en los calendarios como los Fasti Antiates del 80 a C. en los tres días del mundus patet son comitiales  C y por lo tanto hábiles para asuntos públicos, al igual que en los calendarios posteriores de Philocalus (354 d C.) o Polemio Silvio (448).

El ambiente misterioso y lúgubre de ese día lo podemos sentir al escuchar la música de URNA que intenta evocar el día en el que los espíritus pueden vagar por el mundo de los vivos con sus inquietantes melodías Mundus Patet, Lemuria...
Y también al leer un verso de Horacio, Odas, I, IV,  que nos recuerda esta celebración de Mundus patet.

Pronto te apremiará la Noche y las sombras de los manes y la ruin morada de Plutón.

Salutem plurimam!!





diumenge, 27 de gener del 2013

Últimos segundos de vida


Museo de Nápoles
En las inscripciones funerarias aparece detallada la duración de la vida en años, meses, días, con la fórmula  vixit…annis, mensibus, diebus. En la imagen vemos la inscripción de Antonia Panaces 

A los Dioses Manes 
de Antonia Panaces, hija de Marco, 
que vivió apenas 9 años, 9 meses y 13 días.
Sus padres,  Marco Antonio Alypus 
y Papinia Zosime 
y hicieron (este monumento) 
para su muy buena y muy piadosa hija.

Dis Manibus / Antoniae M(arci) f(iliae) / Panaces vix(it) ann(is) IX / mens(ibus) XI dieb(us) XIII / filiae optimae et / piissimae / M(arcus) Antonius Pal(atina) Alypus / et Papinia Zosime / fecerunt


El  objetivo no  es solamente expresar con exactitud su edad, sino resaltar la extrema brevedad de su vida aumentado la tragedia de su muerte el que haya sido tan prematura. Por esta razón vemos también un esqueleto en la parte inferior que recuerda aún más la idea de tempus fugit.

Pero en ocasiones se establecen unidades de tiempo aún inferiores y nos hablan de noches, horas, medias horas, uncia, scrupulus  scripulum, sicilicus,... es decir expresan los últimos minutos o segundos de vida.

La medida del espacio, del peso y el cálculo del tiempo parecen mantener una estrecha relación conceptual al seguir un mismo sistema duodecimal. Beda en su De temporum ratione IV nos detalla las diferentes unidades de tiempo

Sive igitur horam unam, sive diem integrum, sive mensem, sive annum, sive certe aliud aliquod maius minusve temporis spatium in duodecim partire vis, ipsa duodecima pars uncia est: (1/12 = uncia); reliquas undecim, deuncem appellant (11/12 = deunx).  Si in sex partiris, sexta pars sextans: (2/12 = sextans ) quinque reliquae, dextans (10/12 = dextans), vel (ut alii) distas vocanturSi in quatuor, quarta pars, quadrantis nomen obtinet (3/12 = quadrans): residuae tres, dodrantis nomen accipiunt. (9/12 = dodrans). Porro si per tria quid dividere cupis, tertiam partem trientem (4/12 = triens), duas residuas bissem nuncupabis (8/12 = bes); Si per duo, dimidium semis appellatur
(6/12 = semis)

Veamos algunas de estas excepcionales fracciones de tiempo que evidencian una gran carga emotiva y que llevan al lector a empatizar con el sentimiento de los que han perdido a un ser querido.

NOCHE: Se trata de la triste inscripción funeraria de una recién casada que sólo convivió con su esposo cinco días y cuatro noches. 
D(is) M(anibus) | Cl(audiae) Neptunali | coniugi quae | vixit mecum | diebus V nocti|bus IIII P(ublius) Octa|vius Iustus mari|tus  fecit.  CIL 06, 15514 

Consagrado a los dioses Manes, para mi esposa Claudia Neptunal que vivió conmigo 5 días y 4 noches. Publio Ocatio Justo, su esposo, hizo (este monumento)

Antiquities Museum
SEMIS: Lo más habitual es encontrar la expresión semis, media hora. Puede aparecer en forma abreviada como S o el símbolo S. Recuerdan el tiempo vivido por el difunto especificando también la última media hora. Por ejemplo en el epitafio de Abucio Silvano que vivió 3 años, 6 meses, 29 días, 6 horas y media.

Abuccius / Silvanus / vix(it) ann(os) III mens(es) VI / d(ies) XXIX h(oras) VI s(emissem).

UNCIA: Lo leemos en el epitafio de un niño cuya vida se detalla hasta en minutos, ya que una uncia es la doceava parte de una hora (1/12 = uncia), equivale a unos cinco minutos actuales.
D(is) M(anibus) | C(aio) Avilio | Profuturo | filio | dulcissimo | qui vixit | annis VI | men(sibus) VIIII | (H)oris VII unc(ia) I . CIL 11, 07325 

(Consagrado) a los Dioses Manes, para Gayo Avilio Profuturo, hijo dulcísimo, que vivió 6 años, 9 meses, 7 horas y 1 uncia (cinco minutos).

SCRUPULI o SCRIPULA: Aún podemos encontrar unidades menores de tiempo los  scrupuli o  scripula , que equivalen a la vigesimocuarta parte de una uncia ( 1/24= scripulum),  es decir, unos 12’5 segundos. Una hora estaría formada por 288 scrupuli.

Los vemos en dos inscripciones funerarias:
Bene merenti in pace / Silvanae quae hic dormit / vixit ann(os) XXI men(es) III / hor(as) IV scrupulos VI / depos(ita) IX Kal(endas) Iulias [...] / qui [...] in [...]. CIL 11, 01513

Habla de Silvana que vivió exactamente 21 años, 3 meses, 4 horas y 6 scripulos (75 segundos).
La otra es la de un niño llamado Ariso, nacido en la hora sexta, que vivió solamente nueve scripula (1 minuto y 52 segundos)

    Arisus i(n) pace | natus (h)ora sexta | (v)ixit SS(cripula) VIIII 

MINUTA. Sin embargo, hay que destacar que conocemos otros sistemas de medidas en los que las subdivisiones de la hora que no se basan en el sistema duodecimal. Así en Metrologicorum  scriptorum reliquiae aparece un texto de San Isidoro de Sevilla en el que dice

 hora constat ex V punctis, X minutis, XV partibus, XL momentis, LX ostentis

Muy semejante a lo que encontramos también en  De temporum ratione III de Beda donde explica que una hora tiene 4 puncti, 10 minuta, 15 partes y 40 momenta.

Musei Capitolini
Recipit autem hora IV punctos, X minuta, XV partes, XL momenta, et in quibusdam lunae computis V punctos.

Epigráficamente solo se ha hallado una inscripción en la que se hace mención la palabra minuta. Se trata de la dedicada por los padres de Plautia Heuresis  que hicieron un monumento funerario para su hija filia piissima que vivió 5 años, 9 ó 10 meses, 8 días, 3 horas y 30 minutos.

Se considera que un minutum serían unos 6 minutos actuales ya que una hora consta de X minuta.

Dis Manibus / Plautiae Heuresi P(ublius) Plautius / Fortis et Plautia Cae[…]ia / parentes filiae piissimae / fecerunt vix(it) an(nis) V men(sibus) / […]X dieb(us) VIII hor(is) III min(utiis) V / in fr(onte) p(edes) II plus minus in ag(ro) p(edes) III.   CIL 06, 36122



También ahora podemos ver algunos epitafios curiosos en los que se detalla la brevísima duración de la vida (tomado de esta página)



La nena Dolors Ginesta va viure set minuts. Que trobi tan curta l'eternitat.


La niña Dolores Ginesta vivió siete minutos. Que halle así de corta la eternidad.




diumenge, 15 de febrer del 2009

Parentalia



El término Parentalia designa el período de nueve días durante los cuales las familias romanas honraban a sus muertos. Esta novena, que era de tipo privado, comenzaba el 13 de febrero con la parentatio virgo vesta ceremonia pública efectuada por las vestales junto a la tumba de Tarpeya y continuaban con ceremonias familiares que terminaban con las Feralia, el 21 de febrero, festividad con la que acabó confundiéndose y el propio Ovidio, usa de manera indistinta dies parentales (Fasti II.548) o dies ferales (Fasti II.34).


El rito de las Parentalia fue instituido según Ovidio por el propio Eneas que fue el primero que lo practicó en los funerales de Anquises, y según Ausonio, por el rey Numa (Parentalia, Praef.).

Virgilio nos lo cuenta en Eneida V 77 y ss, así:


Aquí libando según el rito dos copas de vino puro
las vertió en tierra, dos de leche nueva, dos de sangre consagrada,
y esparce flores purpureas y esto dice:
“Salve, sagrado padre, de nuevo; salve, cenizas en vano
recobradas, y ánimas y sombras paternas.”



Ausonio escribió poemas de recuerdo a sus familiares fallecidos y los agrupó en un libro en cuyo prefacio dice:


Este libro se titula Parentalia, por la antigua denominación de este día consagrado por Numa a los manes de las familias; el deber más santo de los que viven es honrar la memoria de los que ya no están.


En estos días la gente visitaba los sepulcros haciendo ofrendas sencillas apropiadas para los manes, las sombras o los espíritus de los muertos que Ovidio (Fasti II.533-539) nos detalla:


Una teja velada por las coronas votivas, unas semillas desparramadas, unos pocos granos de sal, dones de Ceres empapados en vino, y algunas violetas esparcidas.



Se llegó incluso a crear un término exclusivo para este rito festivo, el verbo parentare, cuyo significado era “honrar a los difuntos”.

En una carta de Cornelia la madre de los Gracos, conservada fragmentariamente por Cornelio Nepote, ella le dice a su hijo Gaius Sempronius Gracchus

Ubi mortua ero, parentabis mihi et invocabis deum parentem
Cuando esté muerta, me honrarás en las Parentalia e invocarás al dios de los antepasados


Evidencia el hecho de que era una fiesta importante el que figure en los calendarios como en el de Philocalus en el que se lee el día 13 de febrero: parentatio virgo vesta y que los autores cristianos hablen sobre ella. El propio Tertuliano en De resurrectione carnis, I critica esta costumbre por los festines organizados en los sepulcros por parte de los paganos que no creían en la vida después de la muerte.

Para terminar parece apropiado este poema de Catulo ante la tumba de su hermano:

Después de atravesar muchos pueblos y muchos mares vengo, hermano, a estas tristes exequias, para darte el postremo tributo de la muerte y hablar en vano a tus mudas cenizas, puesto que la desdicha me arrancó lo que fuiste tú mismo, oh, pobre hermano mío, indignamente arrebatado a mí.
Ahora, sin embargo, estas tristes ofrendas que según el viejo rito de nuestros padres te he traído, acéptalas, empapadas del llanto fraterno, y para siempre, hermano mío, hola y adiós.

La imagen es de Ana Ovando en flickr. A los dioses Manes Inscripción romana encontrada en Borriol. Museu de Castelló. CIL II2/14, 760

divendres, 11 de maig del 2007

Lemuria

Las lemuria eran las fiestas que se celebraban los días 9, 11 y 13 de mayo (días nefastos) para conjurar a los lemures, espíritus de los muertos. Se confundían con los manes, espíritus benéficos y sobre todo con las larvas, espíritus maléficos.

Según Ovidio Fasti V 419-492 el ritual era así:

A medianoche el pater familias se levantaba y haciendo el gesto apotropaico de introducir el pulgar entre los demás (hacer la "higa", gesto obsceno aún vigente) iba descalzo a una fuente, donde se lavaba las manos. Después daba una vuelta por la casa e iba arrojando a su espalda unas habas negras mientras pronunciaba "Tiro estas habas y por ellas me rescato a mí y a los míos".'haec ego mitto, his' inquit 'redimo meque meosque fabis.'Lo decía nueve veces sin mirar hacia atrás, pues los lemures iban recogiendo las habas. Finalmente se lavaba de nuevo las manos y golpeaba un objeto de bronce repitiendo nueve veces 'manes exite paterni' "Manes de mis antepasados, salid de aquí".
Entonces ya podía mirar hacia atrás pues los lemures satisfechos se habían marchado.

Ovidio relaciona esta fiesta con Rómulo quien la instituyó para aplacar el espítitu de su hermano Remo. Así la fiesta se llamaría Remuria y de ahí pasaría a Lemuria.

A las habas se les atribuía un carácter fúnebre y se usaban en rituales mágicos relacionados con el mundo subterráneo, por ejemplo en las fiestas de las Feralia, en las que la hechicera que realizaba el sacrificio a Tácita se metía en la boca siete habas negras (Ovidio Fasti II 571-582)y en las de Carna, el uno de junio, día que comúnmente se llamaba kalendae fabariae.(Ov. Fasti VI-169-182). Leed el artículo que sobre estas legumbres ha preparado Charo Marco en su De re coquinaria, y conoceréis muchos detalles curiosos sobre ellas.

Evolución posterior:
Durante la persecución del emperador Diocleciano hubo tantas muertes que no se podían conmemorar todas una por una. Así surgió la necesidad de organizar una fiesta común que pudiera rememorar a todos.
El 13 de mayo del año 609 el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón de Agripa (dedicado a los dioses romanos), en el que había depositado numerosas reliquias de mártires, como basílica cristiana, en honor de María Virgen y de Todos los Mártires, bajo el nombre de Sta. María ad martyres. Quizá se eligió este día para sustituir las fiestas paganas de las Lemuria que se celebraban los días 9, 11 y 13. Después Gregorio III (731-741) la transfirió al 1 de Noviembre y en 835 el Papa Gregorio IV presionó sobre Ludovico Pío para que sancionara con un decreto real la celebración en sus dominios de la fiesta de Todos los Santos con la fecha de 1 de noviembre. A partir del decreto, la celebración de Todos los Santos pasó de fiesta local en Roma y de alguna iglesia particular a fiesta general, esparciéndose rápidamente por toda Europa.

Y como fiesta mayor que era requería una vigilia, precisamente el 31 de octubre, la noche de los muertos de los antiguos celtas. El cambio de fecha se origina por la conversión al cristianismo de pueblos de tradición pagana que no querían perder sus fiestas y costumbres. Esta vigilia se llamó All Hallow's Even (Vigilia de Todos los Santos) y con el paso del tiempo su importancia fue creciendo y su pronunciación fue cambiando hasta terminar en lo que hoy conocemos como Halloween.