diumenge, 20 de desembre del 2009

diumenge, 13 de desembre del 2009

El ciervo en diciembre (calendario romano de Fraga II)


Siguiendo el post anterior, vamos a centrarnos ahora en la imagen del ciervo en el mes de diciembre en el calendario de la Villa Fortunatus de Fraga y su simbología. Para conocer las características de este animal, os recomiendo de nuevo el blog De re coquinaria.

Debido a la renovación cíclica y estacional de las defensas del ciervo, éste pasó a ser el símbolo del renacimiento y la fecundidad que se quería lograr con el nuevo año y tenía un papel importante en las festividades de esta época.

Sabemos por las críticas de autores cristianos que en las Kalendas de enero eran habituales las siguientes prácticas:

  • strenae, regalos que la jerarquia eclesiástica no veía con buenos ojos pues consideraban que la caridad debía ser ejercida por los cristianos durante todo el año y no en una fecha concreta.
  • la adivinación, pues pensaban que el control del tiempo y del futuro estaba en las manos de Dios e intentar conocerlo era querer arrebatarle ese poder.
  • las mascaradas, ya que consideraban que al disfrazarse los hombres se eliminaba la distinción entre humanos y animales y se negaba el ideal de que el hombre ha sido creado a semejanza divina. Las máscaras más frecuentes eran las de vieja o ternera y ciervo, pues en algunos textos se lee vetula, en otros, vitula, y también cervulum facere .

El ciervo, portador de renacimiento y de fecundidad es también un animal psicopompo, conductor de las almas de los muertos. De ahí la presencia de cuernos de ciervo y amuletos de este material en forma de medallones colgantes o cosidos a la ropa encontrados en tumbas galo-romanas. La imagen de los medallones está tomada de esta página en la que se reconstruye una necrópolis galo-romana de Argentomagus.

En nuestro reciente viaje a Millau, antes Condatomagus, vimos un recipiente muy curioso. Se trata de dos pequeños frascos con forma de ciervo que se encontraron como ofrenda funeraria en sendas tumbas de niños. Aunque han sido considerados como biberones, sin embargo, comparto la opinión de Charo cree que es más verosímil su uso como ungüentario o recipiente para perfumes entregado como ofrenda al difunto y más aún si tenemos en cuenta el valor del ciervo como guía de las almas de los muertos.

Como consecuencia de su significado de renovación y renacimiento es interesante notar que el ciervo era muy usado en cosmética como ingrediente de cremas de belleza Ovidio nos aconseja este ungüento para dar tersura y brillantez al rostro:
Di, pues, de qué manera puede un rostro brillar resplandeciente de blancura, una vez que el sueño ha relajado los miembros delicados. A la cebada que los colonos de Libia enviaron en sus naves, quítale la paja y el cornezuelo, y pon a reblandecer igual medida de yeros en diez huevos (la cebada, ya limpia, debe pesar 2 libras): cuando todo esto haya secado el soplo del viento, haz que lo triture lentamente una burra bajo la áspera muela; y machaca cuernos de ciervo vivaz, aquellas partes que estén a punto de caérsele; todo esto en cantidad de una sexta parte de una libra. Y una vez que la mezcla se haya convertido en harina muy fina, enseguida ciérnela en un tamiz de malla tupida; añade doce bulbos de narciso sin la cascara y que tu diestra vigorosa los machaque en un mortero de mármol bien limpio; echa también dos onzas de goma con semilla toscana, añádele otras tantas nueve partes más de miel: cualquier mujer que se unte el rostro con tal cosmético, brillará con más lisura que su propio espejo.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que el mosaico de Fortunatus es un mosaico cristiano (lo evidencia el crismón que divide el nombre) por lo que el símbolo del ciervo además de su valor inherente en el paganismo de renovación de energía vital, tenía otra lectura cristiana.

Imagen de la página románicoaragonescom

  • La identificación del ciervo con el alma cristiana y su deseo de unión con Dios parte del Salmo 42.1 de David
Como jadea la cierva tras las corrientes de agua,
así jadea mi alma en pos de tí, mi Dios
  • Además la imagen del ciervo es bautismal y eucarística, pues al hacer salir a las serpientes de su cueva vertiendo agua de su boca simbolizó la lucha de Cristo contra el demonio.
  • Identificación con el propio Jesucristo como se ve claramente en las conversiones de San Eustaquio o San Huberto, en las que un ciervo es perseguido por un cazador pagano, pero al encontrarse se manifiesta el carácter sagrado del animal que lleva un crucifijo resplandeciente entre los cuernos.


La visión de San Huberto por Jan Brueghel el Viejo con Rubens


Dadas las fechas en las que estamos y hablando de ciervos es inevitable acordarse de que el vehículo de Papá Noel es arrastrado por renos que pertenecen a un determinado tipo de cervidae. En su origen se trataba de San Nicolás de Bari que viajaba en barco de España hasta Holanda y que tenía un caballo blanco que fué sustitutido en el 1823 por nueve renos debido a un poema de Clement Clarke More llamado A visit from Saint Nicholas. Su aspecto actual se debe al dibujante alemán Thomas Nast, quien en 1863 diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper's Weekly. Esta es la primera imagen publicada en enero de 1863.




diumenge, 6 de desembre del 2009

Diciembre en el calendario romano de Fraga I

Recientemente se ha abierto al público de nuevo la Villa Fortunatus en Fraga (siglo IV d. C.) en la que destaca un mosaico pavimental presidido por una inscripción musivaria con el nombre del dueño de la villa, Fortunatus, dividido por un crismón. El mosaico de Fortunatus está formado por doce (de los que se conservan diez) cuadrados ordenados simétricamente, seis a cada lado de un círculo central en los que se ilustra un calendario muy original ya que evoca los meses del año con la imagen de animales de cuatro patas, plantas, y objetos enmarcados en los cuadros.

En esta ocasión nos vamos a centrar en la imagen que el calendario de Fraga da para el mes de diciembre. Los tres elementos que ilustran este mes son un ara con una vela encendida, un olivo cargado de fruto y un ciervo corriendo.

Para entender la simbología de cada uno de ellos recurriremos a otros mosaicos en los que aparecen calendarios como es el caso del mosaico de El Djem, o el de Saint Romain en Gal y otros calendarios que nos dan alguna información esclarecedora siguiendo el trabajo sobre este mosaico de D. Fernández Galiano.

Así por ejemplo en el Menologium Rusticum Colotianum encontramos la clave para su interpretación pues están detalladas las actividades agrícolas propias del mes que eran la siembra de las habas, el abono de las viñas, la poda de los árboles, la recolección de olivas y la caza del venado, por lo que podemos entender la presencia del olivo y del ciervo y a su vez, nos habla de las fiestas más importantes de este periodo, las Saturnalia. Estas fiestas en la época que nos encontramos, en el s.IV d. C., mantenían su vitalidad y popularidad.

MENSIS
DECEMB[ER]
DIES XXXI
NON[AE] QUINT[ANAE]
DIES HOR[ARUM] VIIII

NOX HOR[ARUM] XV
SOL SAGITT[ARIO]
TUTEL[A]
VESTAE
HIEMIS IN
ITIU[M]
SIVE
TROPAE
CHIMERIN

VINEAS STERC[UNT]
FABA SERENTES
MATERIAS
DEICIENTES
OLIVA LEGENT
ITEM V
ENANT[UR]
SA
TURNALIA

Mes de diciembre. 31 días. Las Nonas el 5º día. El día de 9 horas, la noche de 15 horas. El sol en Sagitario. Bajo la protección de Vesta. Inicio del invierno o solsticio de invierno. Abonan las viñas. Siembran las habas. Podan los árboles. Cosecha de la aceituna e igualmente cazan (el venado). Las Saturnales.

Comencemos:

  • el ara con la vela encendida debe estar relacionado con las fiestas de las Saturnalia en las que era habitual, durante la república, regalar sigillaria (muñecos de terracota) sobre todo a los niños y cerei (velas) a los patronos por parte de las clases más humildes. Ambos regalos tienen una carga simbólica importante cuya explicación leemos en Daremberg et Saglio.

(cerei) eran especie de protesta contra las noches largas, una llamada al regreso del sol obscurecido por las brumas, en el periodo del solsticio de invierno.

(sigillaria), hay que relacionarlos con los oscilla y maniae, consagradas a la diosa Mania, la madre de los lares, en la fiesta de las Compitalia, para la conservación de los miembros de la familia son una de las formas de sacrificio simulado que, en lugar de victimas humanas, se ofrecían a los dioses dones pacíficos para suavizar su cólera y conseguir su benevolencia.


Os dejo los enlaces para saber más detalles de estas fiestas: Compitalia, y Feriae Sementivae y Paganalia.

Ya en época imperial estos regalos se fueron haciendo cada vez más lujosos y caros hasta el punto de que un tribuno de la plebe hizo votar una ley por la que solo estaba permitido regalar en las Saturnalia, cerei y sigillaria (Macrobio, Saturnalia).

Conocemos algunos de los regalos de estas fiestas pues Marcial escribió dos libros Xenia y Apophoreta en los que menciona perfumes, incienso, togas, utensilios, libros,...

Así pues las velas llegaron a ser un símbolo de esta festividad tal como podemos comprobar por su uso en otros calendarios ilustrados como en el de El Djem en el que vemos a tres esclavos con subligaculum pelearse por una antorcha (imagen de la izquierda) o en el calendario de Philocalus del año 354 d. C. en el que se ve a un esclavo de pie con una antorcha en la mano (imagen de la derecha).













-el ramo de olivo cargado de fruto hace referencia al principal trabajo agrícola de este mes, la recolección de la oliva por esta razón la oliva se convirtió en el símbolo propio del invierno en el mundo romano. Así lo podemos ver en otros calendarios musivarios como es el caso del de Saint Romain en Gal del siglo III d C. en el hay una detallada explicación del proceso del cultivo de la oliva:
Para conocer más detalles de este alimento básico en la antigüedad os recomiendo visitar el blog De Re Coquinaria.
La recogida a mano de las olivas: en el cuadro XXVII vemos un hombre vestido con túnica corta que está subido a una escalera apoyada en el olivo, que va echando las aceitunes que coge del árbol al cesto que contiene su compañero.



Este era el procedimiento recomendado por los agrónomos como Varrón en De re rustica, I, 55-73 frente al del vareo, porque con este se rompen las ramas jóvenes y los tallos.
El vareo aparece en este ánfora de cerámica de figuras negras del 520 a. C. que se conserva en el Museo del Louvre


La extracción del aceite: cuadro XXVIII, en esta escena se ve una nave con tejado a dos vertientes sobre columnas y frontón triangular, bajo la que se encuentran dos hombres desnudos, uno cogido a las sogas que caen de la parte superior, accionando la palanca de la prensa del aceite. El líquido sale por unos canales y se vierte en un depósito circular situado en el suelo (dolium).

La preparación de las ánforas olearias: cuadro XXIX, la escena muestra a dos personajes que se disponen a dar pez a las vasijas destinadas a contener aceite; en un segundo plano se ve un árbol sin hojas, alusión de que la acción tiene lugar en el mes de diciembre, y a la izquierda una columna rosa-granate coronada por un reloj de sol en los mismos tonos.

Está realizado de manera muy burda, en forma de triángulo de base convexa y carece de las ranuras correspondientes a las horas. Parece ser que el reloj no se ha puesto para indicar una hora, sino un momento del año, que podría ser el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, convención análoga en el cuadro asociado al mes de junio en el calendario de Filocalus (354 d.C.) para indicar el solsticio de verano, lo que mostraría una vez más la estrecha correspondencia entre los menólogos romanos del siglo I, que sitúan la fabricación del aceite en diciembre, y el calendario francés de Saint Romain en Gal.


En un próximo post veremos la importancia simbólica del ciervo como manifestación de la renovación cíclica.

dilluns, 30 de novembre del 2009

LAS CONSTELACIONES NO ZODIACALES

Ya hemos visto en otros artículos de esta «saga» que el nombre de las constelaciones está inevitablemente unido a la mitología. Debemos este hecho fundamentalmente a cuatro obras clásicas: Φαινόμενα de Arato de Solos; Καταστερισμοί de Eratóstenes de Cirene; Astronomia de Higino y Astronomicon de Manilio. No obstante, encontramos ya en Homero y en Hesíodo referencias a constelaciones ligadas a la mitología. En la Odisea, por ejemplo, podemos leer:


«Con aquel dulce viento, Ulises divino desplegó su velamen; sentado rigió con destreza el timón; no bajaba a sus ojos el sueño, velaba a las Pléyades vuelto, al Boyero de ocaso tardío y a la Osa, a que otros dan el nombre del Carro y que gira sin dejar su lugar al acecho de Orión; solo ella de entre todos los astros no baja a bañarse al Océano. La divina entre diosas Calipso dejó dicho a Ulises que arrumbase llevándola siempre a su izquierda.» Odisea, V, 269-277


También en la Ilíada en referencia a Sirio como el Perro de Orión:


«El anciano Príamo fue el primero en verlo con sus ojos lanzado por la llanura, resplandeciente como el astro que sale en otoño y cuyos deslumbrantes destellos resultan patentes entre las muchas estrellas en la oscuridad de la noche y al que denominan con el nombre de Perro de Orión.» Ilíada, XXII, 25-29

En Trabajos y días, Hesíodo escribe:


«Cuando después del solsticio Zeus cumpla sesenta días invernales, entonces el astro Arturo, tras abandonar la sagrada corriente del Océano, mostrándose por primera vez al anochecer se eleva.» Trabajos y días, 564-567


«Cuando Orión y Sirio lleguen al centro del cielo, y Aurora de rosados dedos vea a Arturo, Perses, entonces, corta y lleva a casa todos los racimos (...) y cuando se oculten Pléyades, Híades y la fuerza de Orión, entonces, después de recordar la labor propia de la estación, sumerge el grano en la tierra.» Trabajos y días, 609-617


Tanto o más importantes fueron las obras de Hiparco de Nicea y de Claudio Ptolomeo, cuyo objetivo principal era la descripción del movimiento de los astros y la catalogación de las estrellas visibles, que ayudaron a difundir las constelaciones clásicas.


Τν ρτου κα Εδξου φαινομνων ξηγσεις es la obra más importante de Hiparco. En ella se incluye un apéndice ilustrativo de la salida y el ocaso de todas las constelaciones, así como un catálogo de un millar de estrellas y la descripción de solsticios y equinoccios. Desgraciadamente, este catálogo, datado en el 129 aC., no ha llegado hasta nosotros, aunque algunos estudiosos, como Bradley Schaefer, astrofísico de la Universidad de Louisiana, proponen que ha sobrevivido en el globo que sostiene el Atlas de Farnese.



Por su parte, la principal obra astronómica de Claudio Ptolomeo, Μεγστη σνταξις, que se tradujo al árabe como Al Magisti y que dio el nombre por el que comúnmente se conoce la obra de Ptolomeo, Almagesto, perfecciona la obra de Hiparco. Si éste último catalogó 42 constelaciones, Ptolomeo amplió su catálogo a 48. Es probable que se basara en el catálogo de Hiparco, pero, dado que éste se ha perdido, es difícil saber hasta qué punto. De todas formas, lo interesante en este sentido es que prácticamente todas las constelaciones descritas por Ptolomeo fueron reconocidas en el mundo occidental hasta el final de la Edad Media, seguidas por los navegantes del Renacimiento y, finalmente, aceptadas y adoptadas sin cambios por la Unión Astronómica Internacional cuando, en 1922, la comunidad de astrónomos decidió poner orden en la gran variedad de constelaciones descritas hasta esa fecha, dejando un catálogo final de 88. Esta lista incluye, como ya se ha dicho, casi todas las constelaciones descritas por Ptolomeo más una significativa selección de aquellas utilizadas por los astrónomos a partir del 1603, fecha de publicación de Uranometria, del astrónomo J. Bayer.



Europa conoció la obra de Ptolomeo a través de las traducciones árabes medievales, lo que explica por qué todas las estrellas visibles del Hemisferio Norte tienen nombres en árabe antiguo. Su trabajo sólo fue superado, más de un milenio después, por los trabajos de Al-Tusi, Ibn Qurra y Al-Sufi.


De las 48 constelaciones de Ptolomeo, 12 corresponden al zodíaco, 21 lo hacen al Hemisferio Norte y 15, al Hemisferio Sur. No entraremos de nuevo a describir las constelaciones zodiacales, puesto que se hizo ya en un post anterior, así como a describir la constelación conocida como Ophiuchus, puesto que se incluyó en el catálogo de las zodiacales. Dado, además, que la descripción de las 36 restantes va a ocuparnos mucho espacio, las dejamos para sucesivos artículos. No obstante, y a modo de resumen, este es el listado de las constelaciones ptolemaicas:


ZODIACALES

HEMISFERIO NORTE

HEMISFERIO SUR

Aries

Ursa Minor

Cetus

Taurus

Ursa Maior

Orion

Gemini

Draco

Eridanus

Cancer

Cepheus

Lepus

Leo

Bootes

Canis Maior

Virgo

Corona Borealis

Canis Minor

Libra

Hercules

Argo Navis

Scorpio

Lyra

Hydra

Sagittarius

Cygnus

Crater

Capricornus

Cassiopea

Corvus

Aquarius

Perseus

Centaurus

Pisces

Auriga

Lupus


Ophiuchus



Serpens



Sagitta



Aquila



Delphinus



Equuleus



Pegasus



Andromeda



Triangulum