No pudieron haber empezado, y haber acabado, mejor de lo que lo hicieron. Esta vez no sólo nos acompañaron la ilusión y las ganas de quienes asistieron a los talleres, la ilusión y las ganas de quienes los impartían, como siempre, sino que, además, todos los dioses estuvieron de nuestro lado y tuvieron a bien contener la conocida furia del amontonador de nubes. Llegaron más alumnos que nunca, las plazas (estrenábamos otra), el teatro, las calles y los talleres hervían de alumnos deseosos de pasar un día agradable y, aunque el cansancio, inevitablemente, se apodera poco a poco de los talleristas y organizadores, nunca tiene tanta fuerza que acabe venciendo. La gens classica, como dice nuestro estimado Hermes, tiene mucho vigor y está más viva que nunca.
En Tempore Capto tuvimos la ayuda inestimable de nuestros alumnos, que se encargaron de nuestra representación en la plaza, y la asistencia a nuestro taller de un total de 340 alumnos, desde 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato, repartidos a lo largo de la semana. Nuestro taller crece y durante estos días hemos tenido ocasión de estrenar, aunque no de forma oficial, otro apartado del mismo y en el que hemos estado trabajando últimamente: Las edades de la vida (el tiempo visto desde otra perspectiva, aquella que ofrece el tiempo vivido por las personas), dentro del cual nos hemos centrado en la Infancia y cuya actividad, el anulus natalicius, ha tenido muy buena acogida. Para el año que viene, este apartado saldrá oficialmente como taller y podrá ser elegido libremente por quien así lo desee.
Y como no nos gusta parar, tenemos entre manos más sorpresas que, si los dioses quieren, se harán públicas el próximo curso.
Gracias Paula, Josep, Gabi, Mónica, Aurora, Marina, Cristina, Marta, Laura y Lorena por vuestra ayuda desinteresada; gracias también, como siempre, a los que hacen posible que esta semana pueda llevarse a cabo y lo haga, además, con tanto éxito y gracias, finalmente, a todos los que asistieron a nuestro taller. Esperamos que fuera de vuestro interés y pasarais un rato agradable, nosotras así lo intentamos.
El sello de oro, el colofón de esta increíble y entrañable semana, fue la representación in lingua latina del Miles Gloriosus y la pompa Vinalia que en procesión, desde la Domus Baebia, llegó al teatro romano engalanado de túnicas, estolas y togas para la ocasión.