dimecres, 4 de març del 2009

¡¡S.O.S. Clásicas!!

Acabo de recibir esta invitación, esta oportunidad de decir, una vez más, lo que pienso. Sí, Virginia, recogemos desde aquí el testigo que nos pasas y no porque se trate de un meme, sino porque este asunto nos importa a todos, nos molesta a todos, nos incumbe a todos y todas las voces deben oírse. Los de humanidades en general, y los de clásicas en particular, estamos cansados de tener que justificar continuamente nuestra presencia en el currículum, cansados de intentar hacer oír nuestra cada vez más impotente voz, cansados de intentar que oídos sordos oigan y algunos descerebrados piensen. Hay que ser descerebrado y tener muy poco sentido común para no querer ver más allá del brillo que emite el poderoso caballero y que, por lo visto, deslumbra a más de uno. ¡Qué suerte tengo! Suerte, porque el día que tuve que decidir qué hacer con mi vida no me movió otra cosa que mis propios intereses personales que nada tenían ni tienen que ver, por cierto, con ganar mucho dinero, tener el cochazo de turno, presumir ante mis amistades de mi último modelito ni darle envidia a nadie. Elegí mi carrera por pura y simple vocación (nada más y nada menos) Poca gente hay que pueda decir lo mismo. En cambio, ésa es precisamente la situación de los que nos dedicamos a enseñar latín y griego y dudo mucho, muchísimo, que haya muchos colectivos tan vocacionales como éste. Pura pasión por saber, pura vocación, muchas horas de trabajo dentro y fuera de las aulas a cambio de nada. O sí, a cambio de palos por parte de unos y de otros, a cambio de ir siempre justificándonos, a cambio de que nos mantengan en la cuerda floja e ir dando las gracias a los que intentan perdonarnos la vida. Lo peor de todo esto es que son precisamente los más necios _y entiéndase esta palabra en su sentido etimológico: del verbo latino nescio, no saber_ o sea, los que no saben, los que nunca han estudiado ninguna de las dos materias o no supieron aprovecharlas, los ignorantes, ellos son, digo, los que se permiten el lujo de poner en tela de juicio la pertinencia o no del estudio del latín y del griego (e incluso aquí hay que matizar: más bien del estudio del griego) «Dadle a un necio un poco de poder, o dejad que crea que lo tiene, y será el más tirano, el más engreído, el más prepotente, el más canalla»

En plena época tecnócrata, al inicio de una crisis económica mundial, provocada precisamente por los que dan más importancia al dinero que a cualquier otra cosa, los corruptos y sobornables, los que corrompen y sobornan, los arquitectos sin casas que construir, los «importantes», los que tienen profesiones que «salvan al mundo» han provocado, además, la entrada de esta increíble sociedad nuestra en una nueva edad media. Una nueva edad oscura en la que, como en la antigua, la cultura, el desarrollo del espíritu crítico, el conocimiento de los clásicos, el saber por el saber y tantas otras cosas se ven anuladas, pisoteadas, ninguneadas para que los bárbaros de espíritu vean justificada su existencia. Una nueva edad oscura en la que, como en la antigua, el dinero está en manos de unos pocos, los pobres lo son cada vez más, y no interesa que la educación pública sea de calidad porque no interesa que la gente sepa pensar. Así, de esa manera, los que se puedan pagar una educación privada serán los únicos que, como sus propios padres y abuelos, tendrán acceso a los puestos de poder. Y ejercerán su poder sobre una masa ingente que no piensa, que no entiende y que sólo se preocupa de tener algo con que alimentarse (¿Nos convertiremos, así, en otro «eje del mal»? ¿No es ésa, acaso, la situación de muchos países?) Ése es el futuro que nos espera. Y esto gracias a las «brillantes» ideas de unos cuantos necios que están donde no deberían. «Brillantes» ideas que pasan por dar todavía más protagonismo al inglés y abrirle camino a otra lengua que, aunque merece todos mis respetos, no tiene justificación alguna en la enseñanza media, obligatoria o no. Para ampliar conocimientos, para ampliar estudios hay otras instituciones a las que se puede acudir. La economía no puede ni debe ser una razón para ir alterando, a juicio del político de turno, las materias que deben impartirse: si dentro de x años es Afganistán (puestos a decir barbaridades…) la potencia económica mundial, ¿cambiamos el chino mandarín por el pashto, el dari o el uzbeco? ¿Alguien se ha parado a pensar en detrimento de qué se implantaría el chino? Porque, si se ha eliminado la optativa de Fundamentos léxicos y la de Referentes clásicos se abre a los compañeros de Historia, sólo queda por eliminar el griego (¿y el latín? ¿y reciclar a los de clásicas para que den el chino?)Todo esto es un cúmulo de despropósitos y parece una broma pesada.

En alguna ocasión me he visto en la situación de tener que corregir informes de arquitectos, inseguros de sus escritos, y discursos de médicos que buscaban aprobación. Y he visto de todo: discursos mal hilvanados, ininteligibles, expresiones mal utilizadas, ausencia total de comas, pronombres de relativo fuera de lugar, incoherencia, al fin, y faltas de ortografía. Todos hemos oído, también, hablar a los periodistas, sobre todo a los de televisión, y un día de estos los veremos ahogándose según vayan hablando, incapaces de hacer las pausas donde dicta la razón. Afortunadamente, me consta que hay muchas y buenas excepciones. No pretendo dar a entender que el estudio del latín y del griego sea el único medio para conseguir cierto dominio del lenguaje escrito y hablado, pero ocurre que, siendo uno de los mejores, aquí lo bueno también está reñido con lo mejor. Yo que, aunque sé muchas cosas, no las sé todas (¿hay alguien que sí?), que me declaro ignorante en muchos campos, no osaría nunca restarle importancia a nada (¿cómo podría, si no conozco?) El conocimiento, mucho o poco, adquirido a lo largo de mi vida me ha otorgado, afortunadamente, el sentido común suficiente para no desdeñar ningún saber, y así es como se entiende la famosa frase de Sócrates: «Sólo sé que no sé nada», porque, según se aprende, resulta evidente todo lo que queda por aprender. Me pregunto, pues, qué tipo de conocimiento han adquirido éstos que se erigen en jueces de lo que vale o de lo que no vale, de lo que instruye o no. La Filología Clásica es un campo más del saber, tan válido, digno y necesario como cualquier otro, capaz de aportar muchas cosas útiles, aunque haya quien no quiera o no sepa verlo, un saber a largo plazo y, por eso mismo, firme y seguro, que no se limita al estudio de la lengua, sino también de la cultura que nos rodea, de la que somos herederos, se quiera o no, sobre la que se sustenta nuestra forma de vida, nuestras concepciones y la estructura de nuestro pensamiento.

Ser de ciencias, como ser de letras, no presupone nada. Nada hay que pueda dar a entender a unos que son el ombligo del mundo y a los otros que son sus eternos deudores. Conozco gente de ciencias muy torpe para ciertas cosas y humanistas que hubiesen podido ser eminentes científicos. Todo en este mundo es cuestión de voluntad y esfuerzo. La educación debería ser integral, abarcar por igual aspectos científicos y humanísticos, porque sólo así conseguiremos que nuestros alumnos tengan una visión amplia del mundo que los rodea, opinión propia y criterio para poder elegir.

Resulta absurdo negar lo que es evidente y, a pesar de eso, sigue habiendo quien se jacta de ser absurdo y de hacer alarde de ignorancia.

Podría seguir escribiendo sobre el tema, pero ya me he alargado demasiado y hay otros compañeros a los que quiero hacer llegar este meme, entre otras cosas, para cumplir con uno de los requisitos: darle la mayor difusión posible.

Las reglas son las siguientes:

-Subir la imagen del meme e incluir la fuente.

-Subir las reglas.

-Descargar el documento que se acompaña con el meme y enviarlo a las direcciones de los sindicatos y representante de la Consellería, que aparecen en él.

-Firmar el libro de recogida de firmas abierto al efecto.

-Elegir a cuatro personas que continúen el meme.

-Avisarlos dejando un comentario en su blog.

Paso el meme a Juanvi, a Merche, a Charo y a Juan Andrés.

Imagen: La túnica de Neso

8 comentaris:

Ana Ovando ha dit...

Me has puesto la carne de gallina, Lluïsa. Enhorabuena por este artículo, no se puede expresar mejor lo que todos sentimos. Gracias por esas maravillosas palabras, sensatas y claras, pero sobre todo certeras.

Lluïsa ha dit...

Sólo es lo que pienso y lo que siento, cansada ya de callar. Gracias, Ana, por estar ahí, como siempre.

Luis Inclán García-Robés ha dit...

Lluïsa,
moltes gràcies per l'article! De vegades s'ha de parlar clar i dir el que tenim al cap. Només afegiria que no et deixis portar pel pesimisme: ens en sortirem del 'pou' perquè hi ha molta gent amb vocació i ganes.
Ànim i sort!
Lluís.

Lluïsa ha dit...

Gràcies, Lluís, pel teu consell. En realitat no sóc una persona pessimista i sempre espere que el sentit comú acabe imposant-se. Una abraçada

Anònim ha dit...

Me quito el sombrero ante tan preciosa apología de nuestros (me incluyo, si no te importa) sentimientos. Gracias, Lluïsa.
Elena GP

Lluïsa ha dit...

Me siento honrada y agradecida, Elena. ¡Por supuesto que son nuestros sentimientos y los de todos los que nos encontramos en la misma situación! Un abrazo y gracias

Virginia ha dit...

Gracias, Luísa, por decir "lo que pensamos" también otros muchos, tan bien dicho. Enhorabuena por la claridad y sinceridad que has expresado.

Lluïsa ha dit...

Gràcies a tu, Virgínia, per les teues paraules.
Una abraçada