Algunas fiestas, como las Grandes Panateneas o los Misterios de Eleusis, están muy documentadas, de otras, en cambio, tenemos muy poca información, (bien porque las fuentes son vagas al respecto bien porque la fuente no ha llegado hasta nosotros), y de otras, desgraciadamente, no sabemos absolutamente nada, salvo que se celebraban porque algunas fuentes las nombran, eso sí, sin otra información sobre su contenido o, incluso, la fecha de celebración. Éste es el caso de las que hemos titulado Fiestas fijas del calendario ateniense.
Mensualmente se celebran las festividades siguientes:
El primer día del mes, día de la Luna Nueva, estaba dedicado a Hécate, según algunos autores, o a Selene, según otros. Hécate es la personificación de la Luna Nueva, mientras que Selene lo sería de la Luna cuando empieza a ser visible en su primer cuarto creciente. Las dos acabarían siendo asociadas a la diosa Artemisa. Se convirtió, así, Hécate en una diosa triforme relacionada con tres fases de la luna, aunque hay quien no está de acuerdo con esta atribución.
No sabemos en qué consistía su culto, pero Hécate es una divinidad antigua de ámbito doméstico y de carácter mágico, es una divinidad del umbral, de hecho, uno de sus epítetos es Hécate la de delante de las puertas. Representa la parte más negativa del mundo de los muertos y es temible. Protege de los espíritus de dentro de casa, de manera que se hacían limpiezas periódicas a modo de purificación para que los espíritus salieran y fueran conducidos a las encrucijadas de los caminos, que también eran territorio de esta divinidad. Para aplacarla, se untaban con aceite las piedras de las encrucijadas y se le hacían ofrendas de coca, pastas, pan, aceite, miel o leche. El perro era el animal que se le sacrificaba.
Que este día era festivo y sagrado lo señala, por ejemplo, Plutarco (Obras morales, tomo XII-1, p.190,4) en relación al pago de los intereses de los préstamos, que se llevaba a cabo en este día: οὐδ'ἀναμνήσει τῶν καλανδρῶν καὶ τῆς νεομηνίας ἥν ἱερωτάτην ἡμερῶν οὖσαν ἀποφράδα ποιοῦσιν οἱ δανεισταὶ καὶ στύγιον (en traducción de Páez de Castro, Helenista del s. XVI: ni le dará pena el término y plazo, cuando se acerca, el cual, aunque sea fiesta, te lo volverán los logreros en día aborrecido y aciago)
Otras versiones sostienen que el día sagrado a Hécate, en su vertiente de diosa del lado oscuro de la Luna, era el último del mes o héne kaì néa (entre la vieja y la nueva) y dejan este primer día del mes como consagrado a Selene.
Es el genio bueno, el espíritu protector de la casa y del hogar, relacionado con la fortuna, era honrado el segundo día de cada mes bajo la forma de una serpiente con alas (a veces, bajo la de un hombre joven) y se le ofrecían libaciones de vino, ya que las vides le estaban consagradas. Es una de las dos serpientes representadas en el caduceo de Hermes.
El tercer día del mes estaba dedicado a la diosa Atenea, protectora de la ciudad, y de las artes y el tejer, entre otras muchas cosas.
Afrodita, Heracles, Hermes y Eros
El cuarto día del mes estaba dedicado a Afrodita, la diosa del amor y la belleza, y a su hijo, Eros, así como a Hermes, dios mensajero, protector del comercio y los caminantes, y al héroe Heracles.
A esta divinidad, según Arthur Fairbanks (A Handbook of Greek Religion. New York: American Book Company. 1910) le estaba reservado el sexto día de cada mes. Se conmemoraba el aniversario de su nacimiento ofreciéndole una torta, hecha con harina y miel, con cirios encendidos. Parece que la fuente de este dato es el historiador griego Filocoro de Atenas.
El día dedicado a Apolo era el séptimo de cada mes. Se conmemoraba, también según Fairbanks, el aniversario de su nacimiento, que tuvo lugar un día después del de su hermana Artemisa.
Según los autores Aidan Kelly, Peter Dresser y Linda M. Ross (Religious Holidays and Calendars: an Encyclopedic Handbook. Detroit, MI; Omnigraphics, Inc, 1993), el octavo día es el dedicado a Posidón, dios del mar, y Teseo, héroe griego y mítico rey de Atenas. Muy probablemente, Teseo es honrado como héroe fundador de la ciudad.
Otras celebraciones fijas, aunque no mensuales, fueron los juegos panhelénicos:
Tenían lugar en la segunda Luna Llena después del solsticio de verano. Duraban cinco días durante los cuales se hacía todo tipo de pruebas atléticas y eran juegos dedicados a Zeus Olímpico. A la ciudad de Olimpia acudían de todos los lugares de Grecia para participar en estos juegos que se llevaban a término el primer año de la Olimpiada. Los primeros se celebraron el 8 de julio del 776 aC.
Tenían lugar el tercer año de la Olimpiada, probablemente en el mes de Metagitnión. Se celebraban en Delfos en honor de Apolo Pitio.
Dedicados a Posidón, se celebraban probablemente en primavera, el 2º o el 4º año de la Olimpiada, en Corinto.
Celebrados en Nemea, también en honor a Zeus, probablemente en primavera, el 2º o el 4º año de la Olimpiada.
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