Alcifrón nos ha dejado en su obra algunas cartas de parásitos entre las que os destaco ésta, que nos permite conocer la importancia que el reloj tenía en la vida diaria de un parásito. Según la etimología parásito es alguien que va de mesa en mesa, un comensal. Para conocer más detalles acerca de los parásitos mirad en este enlace.
De Trequedipno a LopadectamboEl gnomon no marca todavía la hora sexta (1), sin embargo, yo estoy a punto de quedarme seco, aguijoneado por el hambre. Bien, te ha llegado el momento de tomar una decisión, Lopadectambo, o, mejor, de buscar un madero y una cuerda para colgarnos. Pues, arrancar de cuajo el pilar que sostiene el funesto reloj o cambiarlo de posición, a fin de que marque más rápidamente las horas, esto sería una tarea digna de Palamedes(2), ya que ahora estoy muerto de hambre y flaco. Teócareas, por supuesto, no se coloca en su sitio para comer hasta que el criado presuroso le anuncia que son las seis. En consecuencia, necesitamos trazar un plan que nos permita desarticular y trastocar su metódico comportamiento, pues habiéndose educado bajo la férula de un pedagogo cargante y cejijunto, es incapaz de introducir alguna innovación, sino que, por el contrario, es austero en sus hábitos como un Laques o un Apolexis (3)y no considera de buen tono llenar el estómago antes de su hora.
(1) Hora habitual de la comida. El uso de dividir el período diurno en doce partes es tardío. Los primeros testimonios se remontan a la segunda mitad del siglo IV a. C. La impaciencia del parásito hambriento es otro tema cómico proverbial.
(2) Personaje mítico, hijo de Nauplio, que participó en la expedición a Troya. Su nombre llegó a simbolizar al inventor por antonomasia a causa de sus numerosos hallazgos.
(3) Personajes de dudosa atribución. El primero podría ser el célebre geneal ateniense que dió nombre a un diálogo platónico. Un Apolexis es mencionado por Demóstenes (XXI 182) asociado a Solón.
Texto y notas de: Teofrasto/ Alcifrón (1988). Caracteres/ Cartas de pescadores, campesinos, parásitos y cortesanas. Madrid: Editorial Gredos.
La ilustración es la del mes de junio del calendario de Philocalo de 354 d.C.en ella aparece un joven desnudo con un reloj de sol que significa que empieza el astro a declinar con el solsticio de verano. A su lado un canastillo con frutas de primavera y una antorcha para señalar el calor con que maduran los frutos. Detrás una hoz, que indica la llegada de la siega (según V. Joaquín Bastús, Diccionario histórico enciclopédico).
diumenge, 21 de juny del 2009
Parásitos hambrientos y la hora sexta
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