dissabte, 8 de setembre del 2007

Idibus Septembribus. Caeremonia clavi figendi

El dia 13 de septiembre se celebraba el aniversario de la dedicación del templo de Júpiter Óptimo Máximo en el Capitolio. La fecha exacta nos la ha transmitido Plutarco, Publícola XIV,3, en cuanto al año se duda entre el 509 o 507 a C. (Para saber más sobre la dedicación y el dedicante del templo, lee este artículo de Mª José Pena.) Este día era el punto culminante de los Ludi Romani que se celebraban del 4 al 19 de septiembre y que presididos por los ediles curules (desde el 366 a C) constaban de representaciones escénicas y juegos de circo antes y después, respectivamente, de los idus de septiembre.

Había dos actos importantesen este día:

  • -la ceremonia del clavo, clavus annalis
  • -el banquete de Júpiter, epulum Iovis
Clavus annalis: en cuanto a su origen Tito Livio VII, 3 nos cuenta que es una tradición etrusca pues según afirma el historiador Cincio, para llevar el cómputo de los años clavaban un clavo en el templo de Nortia, diosa etrusca del destino y la fortuna.

Volsiniis quoque clauos indices numeri annorum fixos in templo Nortiae, Etruscae deae, comparere diligens talium monumentorum auctor Cincius adfirmat


Siguiendo a Livio nos informa de que en Roma una antigua ley, escrita con letras y palabras arcaicas, ordenaba que el pretor maximus en los idus de septiembre clavara un clavo en el muro derecho de la cella de Júpiter, que lo separa de la de Minerva, para contar así los años pues todavía no era muy conocida la escritura, y en el lado de Minerva porque esta diosa inventó los números.


Quizá también el hecho de que se clave justo en el lado recayente a la cella de Minerva tenga que ver con la nacimiento de la diosa, pues Zeus/Júpiter padecía de grandes dolores de cabeza, dado lo insoportable del dolor, ordenó a su hijo Hefesto/Vulcano que le abriera la cabeza para librarse del mal que le aquejaba; por la hendidura abierta en la cabeza de Zeus salió al mundo Atenea/Minerva.


Lex uetusta est, priscis litteris uerbisque scripta, ut qui praetor maximus sit idibus Septembribus clauum pangat; fixa fuit dextro lateri aedis Iouis optimi maximi, ex qua parte Mineruae templum est. Eum clauum, quia rarae per ea tempora litterae erant, notam numeri annorum fuisse ferunt eoqueMineruae templo dicatam legem quia numerus Mineruae inuentum sit.


La ilustración (del Dicionario de Antiguedades Griegas y Romanas de Anthohy Rich,1883), representa una parte de un enorme clavo de bronce, detallado por Bianchini (Storia univers. tom. 1, p. 156, tav. 9, A), y que se cree por las letras que lleva que debía usarse como clavus annalis.




Esta costumbre perdió su valor para contar los años y, dado el carácter mágico-religioso de la ceremonia, quedó como superstición para conjurar la ira de los dioses, las enfermedades... y por eso leemos que el propio Senado en estos casos, ordenaba nombrar un dictador con el único propósito de que clavara el clavo, en la creencia de que la enfermedad quedaría sujeta a la pared y la ciudad se libraría de ella.

-Ea religione adductus senatus dictatorem claui figendi causa dici iussit Tito Livio VII,3.
-itaque memoria ex annalibus repetita in secessionibus quondam plebis clauum ab dictatore fixum alienatas[que] discordia mentes hominum eo piaculo compotes sui fecisse, dictatorem claui figendi causa creari placuit. creatus Cn. Quinctilius magistrum equitum L. Valerium dixit, qui fixo clauo magistratu se abdicauerunt. Tito Livio, VIII, 18.
-autem pestilentia orta claui figendi causa dictatorem dictum Tito Livio IX, 28.

-quem claui figendi aut ludorum causa dictatorem audacter crees? Tito Livio IX, 34

Hay otras supersticiones relacionadas con clavar un clavo, por ejemplo Plinio (Naturalis Historia, XXVIII, 63) recomienda, como remedio contra la epilepsia, poner un clavo en el punto donde la cabeza del paciente se golpeó cuando él se cayó por primera vez. Así la epilepsia quedaría clavada en el suelo.


Clavum ferreum defigere in quo loco primum caput fixerit corruens morbo comitiali, absolutorium eius mali dicitur.

El clavo representa por tanto un símbolo mágico y sagrado. La superstición popular atribuía gran importancia al clavo y después de ser un rito de las ceremonias anuales pasó a ser compañero de los muertos, hasta el punto de que en las tumbas se colocaban clavos con fórmulas mágicas que actuaban como talismanes para preservar de la profanación a los cadáveres. El clavo es simbolo de inmutabilidad y fijeza, hito que marca la separación entre el fin de un acontecimiento y el comienzo del otro. En la antigüedad clásica el clavo era atributo de las divinidades del Destino y por eso Horacio (Carmina I, 35 y III, 24) lo pone en la mano de la Necessitas. También se representa a la Parca Átropos con un martillo en una mano y en la otra un clavo con el que va a señalar la hora fatal de la muerte de Meleagro.


El uso de esta expresión para simbolizar el paso de un año a otro la reencontramos en Cicerón Ad Atticum, XV

ex hoc die clavum anni movebis a partir de hoy contarás el año

y nos recuerda que también nosotros iniciamos nuestra particular cuenta de los años, ¡los cursos escolares!, pues en eso estamos estos días entre claustros, reencuentros, horarios, programaciones...y puesto que empezamos el 14 de septiembre las clases también podemos decir

ex idibus septembribus clavum anni movebimus!!


5 comentaris:

Ana Ovando ha dit...

Supongo que la expresión un clavo quita otro clavo no tendrá nada que ver con esta tradición , ¿o sí?

Unknown ha dit...

Como siempre, INTERESANTÍSIMO todo lo que contáis.

Charo Marco ha dit...

Felicidades Amparo, un artículo interesantísimo.
Nos alegramos mucho de poder disfrutar de nuevo de vuestros escritos.

Besos

Amparo Moreno ha dit...

Muchas gracias a los tres. Vuestras palabras son muy, muy gratificantes.

Ana, he investigado un poco lo que me preguntas y he encontrado que tiene que ver con los amores...según Cicerón en Tusculanas. IV, 37, 75: "etiam novo quidam amore veterem amorem tamquam clavo clavum eiciendum putant;"

Saludos

Ana Ovando ha dit...

Muchas gracias por el interés, Amparo. Parece que de nuevo tenemos que dar las gracias a los clásicos de nuestros refranes :-)