Fotograma de la película Ágora (2009) |
Las
clepsidras o relojes de agua eran instrumentos de medida del tiempo
conocidos desde la antigüedad de cuya calidad y exactitud nos
habla el que fueran utilizados por Herófilo de Calcedonia (circa 300a.C.) para estudiar la sincronía y cualidades del pulso arterial.
Detalle de la clepsidra de Ágora (2009) |
Frente
a los relojes de sol, las clepsidras podían ser usadas en lugares
interiores o por la noche. En Ágora de Amenábar, película de
reconstrucción histórica centrada en la figura de la científica
Hipatia junto a otros muchos aspectos del mundo clásico
interesantes para trabajar en clase (contexto histórico, papel de
la mujer en la antigüedad, lucha de culturas y religiones, avances y
uso de instrumentos científicos...) podemos ver un ejemplo del uso
de la clepsidra durante la noche para tomar datos de posición y tiempo.
En las clepsidras el gusto por las maquinarias complejas y animadas con automatismos tuvo un gran desarrollo a finales de la Antigüedad de modo que alcanzaron tal complejidad en su decoración que en ocasiones casi perdieron su verdadero sentido.
En una carta del rey Teodorico el Grande a Beocio que nos ha llegado a través de Casiodoro Variae, I, XLV (datada en 507) vemos al soberano hablando de estos ingenios y solicitando dos relojes, uno solar, para el día, y otro de agua para la noche.
Hacia el año 500 contamos con un instrumento que se puede considerar de transición entre los relojes de la Antigüedad y los del medioevo oriental: Es el reloj-clepsidra de Gaza en Siria que destaca por la presencia de muchos autómatas y que conocemos gracias a una ἔκφρασιϛ, ekphrasis, detallada y minuciosa descripción, escrita en siglo VI d C. atribuida a Choricius de Gaza, un sofista y retórico griego y más tarde a su maestro Procopio de Gaza (465-528) filósofo sofista cristiano.
La descripción está atestiguada solamente en el manuscrito ms. Vat.
gr. 1898 (ff. 327v-328v.); este fasciculum es del siglo XIII y
contiene únicamente la primera parte de la obra, pero basta para
entender la estructura del reloj y el funcionamiento de los
autómatas. Este
manuscrito ha sido estudiado en 1841 por el cardenal Mai (1782-1854)
y los últimos trabajos son los de Diels en 1917 y Amato en 2009.
Ciertamente, no se trata de un trabajo cuya finalidad sea claramente histórica sino más bien retórica, sin embargo se considera fiable en cuanto a su contenido. La razón es que tanto Procopio como su alumno Choricius describen otras obras de arte en sus escritos para demostrar su habilidad en la representación con palabras de aquello que ha sido construido para ser visto, y su público podía juzgar la excelencia de sus obras sólo por comparar el texto con el objeto descrito. Por ello parece poco probable que sea fruto de su imaginación y que el reloj o su funcionamiento sean ficticios.
También hay que tener en cuenta que otras descripciones de este autor, en concreto la de los frescos de Gaza, han sido aceptadas sin vacilaciones por los historiadores del arte para reconstruir la apariencia de la ciudad a principios del siglo VI.
El reloj se
encontraba en el ágora de Gaza, instalado bajo un pequeño templete
de unos
6 metros de altura y 2,7 de anchura, y protegido
por rejas de la curiosidad del público. Según la «Ekphrasis» era así
- En la parte superior estaba la cabeza de la Gorgona (a) que movía los ojos a izquierda y derecha al final de cada hora.
- Debajo, dos series de doce puertas indicaban las horas diurnas y nocturnas. Las aberturas cuadradas (b) indicaban las horas nocturnas mediante una luz que se movía delante de las puertas. Las puertas dobles inferiores (c) marcaban las horas diurnas.
- El dios Helios-Sol (e) sosteniendo un globo en sus manos se iba deslizando por delante de estas puertas que hacían de esfera del reloj. Cada hora tras el paso del dios Sol se abría una puerta diurna y salía Hércules en uno de sus trabajos. En la primera hora del día, se recuerda su primer trabajo sobre el león de Nemea. El águila (d) posada sobre las puertecillas, extiende sus alas y colocaba una corona de laurel sobre la cabeza del héroe. Entonces se retiraba la estatua, se cerraba la puerta y el águila recogía sus alas. Al final de cada hora se repetía lo mismo con la estatua de Hércules con el trofeo del trabajo correspondiente y así hasta el atardecer.
- En la parte baja del edificio había tres templitos con estatuas de Hércules. La del centro golpeaba un gong cada hora. El número de golpes era de 1 a 6 de la primera hora hasta el mediodía y de nuevo desde 1 a 6 de la séptima hora al atardecer. Procopio de Gaza justifica esto por la dificultad de reconocer una serie de golpes de hasta 12 toques.
- La estatua de Pan que hay encima levanta la oreja con cada campanada y los sátiros que hay sobre las esquinas del templete se ríen de él. En los otros dos templos laterales hay también estatuas de Hércules representados en el de la derecha, preparando el arco para lanzar una flecha, y en el izquierdo caminando con su maza y una cuerda.
- Sobre el derecho una figura con instrumento musical anuncia el final de la jornada trase la duodécima hora, y sobre el izquierdo hay una estatua de un pastor inmóvil. Entre los templos, hay dos esclavos al servicio de Hércules, uno le llevaba comida la primera hora, el otro con el agua del baño en una jarra en la última hora.
* Dibujo de H. Diels de su trabajo "Über die von Prokop beschriebene Kunstuhr von Gaza; miteinem Anhang enthaltende Text und Übersetzung d. ekphrasis horologiou des Prokopios von Gaza", Abhandlungen d. preuss. Akad. Wiss. (Phil.-Hist. Kl.), No. 7 (1917).
El reloj que describe es una verdadera obra de ingeniería.
ResponEliminaHay uno muy bonito en Andorra a la entrada de una farmacia y bonito era el que hubo en la Expo de Sevilla.
Muy interesante el articulo.
Saludos
Gracias Apicius por su comentario y los datos sobre otros relojes más modernos. ¡Los buscaré!
ResponEliminaSaludos