Jacinto era un hermoso joven, hijo de Amiclas y
Diomedes, o tal vez de Ébalo y la musa Clío, o de Clío y Píero. Por su belleza,
fue amado por Apolo, dios del sol, y por Céfiro, el viento del Oeste. Un día,
mientras Apolo enseñaba al joven a lanzar el disco, el dios mató
accidentalmente a Jacinto. De la sangre del joven, Apolo hizo brotar una flor,
el jacinto (quizás el lirio martagon
o la espuela), cuyos pétalos llevaban unas señales que recordaban el lamento
del dios, AI, o la inicial del nombre del joven: Υ . De acuerdo con otra leyenda, Céfiro estaba celoso
del amor del joven por Apolo y, desviando intencionadamente el disco, consiguió
herir a Jacinto y vengarse así de ambos.
En el interesante estudio sobre el mito de Jacinto
de Antonio Ruiz de Elvira, Myrtia, nº 7, 1992, encontramos:
La más antigua mención literario-mitográfica de Jacinto está en la Helena de
Eurípides, del año 412: en los vv. 1469-1473 Eurípides viene a decir que Apolo dio muerte a Jacinto, habiendo
rivalizado con él en el lanzamiento del disco,
y ordenó que la tierra laconia celebrase aquel día, todos los años, con
sacrificios vacunos y nocturnos _ refiriéndose a las Jacintias.
Iconográficamente, se encuentra aproximadamente un siglo antes en el trono de Apolo en Amiclas, monumento que conocemos por Pausanias (III 19, 3-5) y obra del escultor magnesio Baticles. Pero la relación homosexual entre Apolo y Jacinto, que (con o sin
la complicación de un segundo amante de Jacinto, Zéfiro o Bóreas) es lo
esencial en este mito, no aparece
nunca como amor homosexual en
ninguna de las vasijas ni objetos en los que aparecen Jacinto y Apolo ni en el
trono de Amiclas ni en la Helena de Eurípides. En la Helena, en
efecto, no menciona Eurípides, ni sugiere de ningún modo, ese enamoramiento,
así como tampoco dice ni sugiere cómo
Apolo dio muerte a Jacinto, ni que fuera involuntariamente (que lo
matara 'con el disco' puede inferirse,
aunque no necesariamente, en el τρoχῷ τέρμovι δίσκoυ del v. 1472, pero ni aun
así se deduciría que fue involuntariamente) El enamoramiento se encuentra explícito
por primera vez, aunque en testimonio doblemente indirecto, en lo que cuenta
Pausanias (III 19, 4) sobre un cuadro del pintor Nicias, en el cual representó a
Jacinto con figura muy juvenil, indicando así el legendario amor de Apolo hacia
Jacinto. Después de Nicias tenemos, ante todo, los vv. 902-906 de los Theriaca
de Nicandro, en los que por primera
vez aparece, y ya explícita, la involuntariedad:
ὑακίνθου
ὃν Φοῖβος
θρήνησεν,
ἐπεί
' ἀεκούσιος ἔκτα
παῖδα, βαλὼν [...]
πρωθήβην Ὑάκινθον,
ἐπεὶ σόλος ἔμπεσε κόρσῃ
πέτρου
ἀφαλλόμενος, νέατον δ' ἤραξε κάλυμμα.
Después de Nicandro, vienen Apolodoro (I 3, 3 y III 10, 3)
y Ovidio (Met. III 162-219), que son los primeros textos que
explícitamente y directamente afirman el amor de Apolo hacia Jacinto.
Apolodoro, I,
3, 3:
Κλειὼ δὲ Πιέρου τοῦ Μάγνητος ἠράσθη κατὰ μῆνιν Ἀφροδίτης (ὠνείδισε γὰρ αὐτῇ τὸν τοῦ Ἀδώνιδος ἔρωτα), συνελθοῦσα δὲ ἐγέννησεν ἐξ αὐτοῦ παῖδα Ὑάκινθον, οὗ Θάμυρις ὁ Φιλάμμωνος καὶ Ἀργιόπης νύμφης ἔσχεν ἔρωτα, πρῶτος ἀρξάμενος ἐρᾶν ἀρρένων. ἀλλ᾽ Ὑάκινθον μὲν ὕστερον Ἀπόλλων
ἐρώμενον ὄντα δίσκῳ βαλὼν ἄκων ἀπέκτεινε.
Clío se enamoró de
Píero, hijo de Magnes: fue la venganza de Afrodita, por el desprecio con el que
Clío había hablado de su amor por Adonis. La Musa, pues, se unió a Píero, de
cuya unión nació Jacinto: Támiris, hijo de Filamón y de la ninfa Argíope, se
enamoró de él, y así es que surgió por primera vez el amor homosexual. Apolo,
también él seguidamente, se enamoró de Jacinto. Pero un día, al lanzar un
disco, involuntariamente lo mató.
Apolodoro, III,
10, 3:
Ἀμύκλα δὲ καὶ
Διομήδης τῆς Λαπίθου Κυνόρτης καὶ Ὑάκινθος. τοῦτον εἶναι τοῦ Ἀπόλλωνος ἐρώμενον
λέγουσιν, ὃν δίσκῳ βαλὼν ἄκων ἀπέκτεινε.
Amiclas y Diomedes,
hija de Lapitos, engendraron a Cinortas y a Jacinto. Se cuenta que Apolo se
enamoró de este Jacinto y que lo mató involuntariamente al lanzar un disco.
Y, del mismo modo, sin duda siguiendo ambos a Nicandro, la
involuntariedad aparece también explícita, tanto en Apolodoro en ambos
pasajes como en Ovidio. Aparece por primera vez, en Luciano y en Servio, el
segundo amante de Jacinto, el viento Zéfiro en Luciano (Dial. Deor. 14,
y De saltat. 45), el Bóreas en Servio (Ecl. III, 63), rival de
Apolo y que, por despecho y celos, mata voluntariamente a Jacinto:
Luciano, Dial. Deor. XIV, 1-2:
Hermes:
¿Por qué estás tan malhumorado, Apolo?
Apolo:
Porque tengo mala suerte en mis amores, Hermes.
Hermes:
Una cosa así desde luego es motivo de tristeza. Pero ¿en qué consiste tu mala
suerte? ¿Estás todavía apenado por Dafne?
Apolo:
No; me lamento por mi amado, el laconio hijo de Ébalo.
Hermes:
Dime, ¿ha muerto Jacinto?
Apolo:
Así es, ciertamente.
Hermes:
¿Quién lo mató, Apolo? ¿Quién fue tan odioso que pudo dar muerte a aquel
hermoso muchacho?
Apolo:
Lo hice yo con mis propias manos.
Hermes:
¿Acaso enloqueciste?
Apolo:
No, sino que ocurrió una desgracia
involuntaria.
Hermes:
¿Cómo ocurrió? Me gustaría oírlo.
Apolo:
Él estaba aprendiendo a tirar el disco y yo lo lanzaba con él, cuando Céfiro, el más aborrecible de
todos los vientos, que estaba enamorado
de él hacía mucho tiempo sin ser correspondido, y no podía soportar sus
desprecios, al disparar yo, según costumbre, el disco al aire, él se puso a
soplar desde el Taigeto, dirigió el
disco y lo hizo caer sobre la cabeza del muchacho, con tanta fuerza que, a
consecuencia del golpe, brotó mucha sangre y el muchacho murió en el acto. Yo
entonces me vengué de él hiriéndole con mis flechas y lo perseguí en su fuga
hasta la montaña. Al muchacho he levantado un túmulo en Amiclas, en el mismo
lugar en que lo derribó el disco, y he hecho que de su sangre la tierra haga
brotar una flor muy hermosa, Hermes, la más delicada de todas, con una
inscripción que contiene el lamento funerario del muerto.
Luciano, De Saltatione, 45:
οὐκ ὀλίγα δὲ καὶ ἡ Λακεδαίμων τοιαῦτα παρέχεται, τὸν Ὑάκινθον καὶ τὸν τοῦ Ἀπόλλωνος ἀντεραστὴν Ζέφυρον καὶ τὴν ὑπὸ τῷ δίσκῳ τοῦ μειρακίου σφαγὴν καὶ τὸ ἐκ τοῦ αἵματος ἄνθος καὶ τὴν ἐν [p. 256] αὐτῷ αἰάζουσαν ἐπιγραφήν, καὶ
τὴν Τυνδάρεω ἀνάστασιν καὶ τὴν Διὸς ἐπὶ τούτῳ κατ᾽ Ἀσκληπιοῦ ὀργὴν ἔτι δὲ καὶ
τὸν Πάριδος ξενισμὸν καὶ τὴν Ἑλένης ἁρπαγὴν μετὰ τὴν ἐπὶ τῷ μήλῳ
Lacedemonia
suministró también no pocas de tales cosas: Jacinto, Céfiro, rival de Apolo, la
muerte del joven muerto por un disco, la flor nacida de su sangre, la
inscripción fúnebre que lleva, la resurrección de Tíndaro, la cólera que Zeus
sentía contra Asclepio; y además, la hospitalidad dada a Paris y el rapto de
Helena, después su juicio por la manzana.
Servio, Ecl. III, 63:
sua munera ipsi grata, id
est laurus et hyacinthus. nam scimus et Daphnen, Ladonis fluminis Arcadiae
filiam, dilectam ab Apolline et Terrae miseratione in laurum conversam, et
Hyacinthum amatum tam a Borea quam ab Apolline, qui cum magis Apollinis amore
laetaretur, dum exercetur disco, ab irato Borea eodem disco est interemptus et
mutatus in florem nominis sui.
SUS OFRENDAS gratas a él mismo, esto es, el
laurel y el jacinto, pues sabemos que tanto Dafne, hija del río Ladón de
Arcadia y de la Tierra, amada por Apolo, por misericordia fue convertida en
laurel, como Jacinto, amado tanto por Bóreas como por Apolo, que, como se
alegrase con el amor del gran Apolo, mientras se ejercitaba con el disco, fue
muerto por el iracundo Bóreas con este mismo disco y fue convertido en la flor
de su nombre.
Las Jacintias
eran la gran fiesta nacional espartana, celebrada cada año en Amiclas, a cinco
kilómetros al sur de Esparta, cerca de la margen derecha del Eurotas. Los
antiguos escritores que mencionan este festival no están de acuerdo en el
nombre de la divinidad en cuyo honor se llevaba a cabo: algunos dicen que fue
Apolo Amicleo o Apolo Karneios; otros que fue el héroe Jacinto; la tercera y
más probable hipótesis asigna el festival a Apolo Amicleo y a Jacinto juntos.
Este Apolo Amicleo, sin embargo, con el que Jacinto fue asimilado en los
últimos tiempos, no debe ser confundido con Apolo, la divinidad nacional de los
dorios (Müller, Orchomenos und die Minyer P327, Die Dorier II 0.8 § 15) El festival
duraba tres días y se celebraba a finales de la primavera, en el mes espartano Fliasio (luna de Mayo), o a principios del
verano, en el mes Jacintio (luna de Junio),
comenzando el día más largo de este mes que correspondía al Hecatombeón
ateniense. El primer día y el último eran días de duelo, se ofrecían
sacrificios a los muertos y se lamentaba y recordaba la muerte de Jacinto. Durante
estos dos días nadie llevaba guirnaldas, no se comía pan, no se cantaban himnos
en honor de Apolo y, cuando los banquetes terminaban, todo el mundo se iba a
casa con el mayor orden. Este carácter grave y melancólico era ajeno a todos
los otros festivales de Apolo. Aún así, el tercer día no está descrito con
precisión, es probable que fuera el más solemne, dado que, por otro lado, se
sabe que, para esta fiesta, las mujeres de Esparta tejían, a lo largo del año,
un quitón que después se ofrecía al dios; tradición similar al peplo ofrecido a
Atenea durante las Panateneas.
El segundo día, sin embargo, era
un día de júbilo y diversiones, en recuerdo de la resurrección de Jacinto.
Amiclas era visitada por un gran número de extranjeros (πανήγυρις ἀξιόλογος καὶ
μεγάλη, festival importante y digno de mención), y los jóvenes tañían la cítara o cantaban con acompañamiento de
flauta, y se cantaba en metro anapéstico el himno de Apolo, mientras que otros,
con ropa espléndida, realizaban una carrera de caballos en el teatro. Esta
carrera de caballos es probablemente el ἀγών (competición) mencionado por Estrabón (VI p278):
συνέκειτο μὲν δὴ τοῖς Ὑακινθίοις ἐν τῶι Ἀμυκλαίωι συντελουμένου τοῦ ἀγῶνος,
ἡνίκ᾽ ἂν τὴν [κυνῆν] περίθηται ὁ Φάλανθος, ποιεῖσθαι τὴν ἐπίθεσιν· γνώριμοι δ᾽
ἦσαν ἀπὸ τῆς κόμης οἱ τοῦ δήμου. ἐξαγγειλάντων δὲ λάθραι τὰ συγκείμενα τῶν περὶ
Φάλανθον καὶ τοῦ ἀγῶνος ἐνεστῶτος, προελθὼν ὁ κῆρυξ εἶπε μὴ περιθέσθαι κυνῆν
Φάλανθον. οἱ δ᾽ αἰσθόμενοι ὡς μεμηνύκασι τὴν ἐπιβουλὴν οἱ μὲν διεδίδρασκον οἱ
δὲ ἱκέτευον. κελεύσαντες δ᾽ αὐτοὺς θαρρεῖν φυλακῆι παρέδοσαν, τὸν δὲ Φάλανθον
ἔπεμψαν εἰς θεοῦ περὶ ἀποικίας·
Se acordó, sin embargo, que el ataque debía hacerse en el festival de
las Jacintias en el Amicleo mientras los juegos se celebraban, en el momento en
que Falanto debía ponerse su gorro de cuero (los ciudadanos libres eran
reconocibles por su cabello); pero cuando Falanto y sus hombres informaron en
secreto del acuerdo, y cuando los juegos estaban en marcha, el heraldo se
acercó y le prohibió a Falanto ponerse un gorro de cuero, y cuando los
conspiradores contaron que el complot había sido revelado, algunos de ellos comenzaron
a huir y otros suplicaron, pero se les pidió tener buen ánimo y fueron
entregados a la custodia; Falanto, sin embargo, fue enviado
al templo del dios para consultar sobre la fundación de una colonia
Se agasaja no sólo a los llegados de nuestra tierra, sino también a los
extranjeros que se hallan presentes, dice
Polemón de Ilio en Ateneo III, 138f
Después de esta carrera, seguía
una serie de coros de jóvenes a cargo de un χοροποιός, director del coro (Jen. Agesil.2.17), en el que se cantaban algunas de sus canciones nacionales (ἐπιχώρια
ποιήματα):
ἐκ δὲ τούτου κατανοήσας τοὺς Ἀργείους τὰ μὲν οἴκοι καρπουμένους,
Κόρινθον δὲ προσειληφότας, ἡδομένους δὲ τῷ πολέμῳ, στρατεύει ἐπ᾽ αὐτούς· καὶ δῃώσας πᾶσαν αὐτῶν τὴν χώραν εὐθὺς ἐκεῖθεν ὑπερβαλὼν κατὰ τὰ στενὰ εἰς Κόρινθον αἱρεῖ τὰ ἐπὶ τὸ Λέχαιον τείνοντα τείχη: καὶ ἀναπετάσας τῆς Πελοποννήσου τὰς πύλας οὕτως οἴκαδε ἀπελθὼν εἰς τὰ Ὑακίνθια ὅπου ἐτάχθη ὑπὸ τοῦ χοροποιοῦ τὸν παιᾶνα τῷ θεῷ συνεπετέλει.
En el mismo momento, dándose cuenta de que los argivos, felices en sus
casas y dueños de Corinto, se complacían en hacer la guerra, él se la declara,
devastando todo su territorio, atravesando los desfiladeros desde allí hasta
Corinto, se apodera de las murallas que descienden al Leceo; derribando las
puertas del Peloponeso, regresa a su ciudad natal para las Jacintias, y tiene
el lugar que le ha sido asignado por el jefe de los coros, canta el peán en
honor del dios.
Durante los cantos de los coros
los danzantes realizaban movimientos antiguos y sencillos con el acompañamiento
de la flauta y el canto. Las doncellas espartanas y amicleas, después de esto,
montadas en carros hechos de mimbre (κάναθρα), y adornados maravillosamente,
llevaban a cabo una hermosa procesión. En este día se ofrecían también
numerosos sacrificios y los ciudadanos mantenían sus puertas abiertas para los
amigos y parientes, y hasta a los esclavos se les permitía disfrutar (Dídimo,
Ateneo IV 139d, e, f. ):
“ τοῖς πεντακοσίοις—φησὶ τάδε: ‘ Πολυκράτης,’ φησί, “ ἐν τοῖς Λακωνικοῖς ἱστορεῖ ὅτι τὴν μὲν τῶν Ὑακινθίων θυσίαν οἱ Λάκωνες ἐπὶ τρεῖς ἡμέρας συντελοῦσι καὶ διὰ τὸ πένθος τὸ γινόμενον περὶ τὸν Ὑάκινθον οὔτε στεφανοῦνται ἐπὶ τοῖς δείπνοις οὔτε ἄρτον εἰσφέρουσιν οὔτε ἄλλα πέμματα καὶ τὰ τούτοις ἀκόλουθα διδόασι καὶ τὸν εἰς τὸν θεὸν παιᾶνα οὐκ ᾁδουσιν οὐδ᾽ ἄλλο τι τοιοῦτον εἰσάγουσιν οὐδὲν καθάπερ ἐν ταῖς ἄλλαις θυσίαις ποιοῦσιν, ἀλλὰ μετ᾽ εὐταξίας πολλῆς δειπνήσαντες ἀπέρχονται, τῇ δὲ μέσῃ τῶν τριῶν ἡμερῶν γίνεται θέα ποικίλη καὶ πανήγυρις ἀξιόλογος καὶ μεγάλη. παῖδές τε γὰρ κιθαρίζουσιν ἐν
χιτῶσιν ἀνεζωσμένοις καὶ πρὸς αὐλὸν ᾁδοντες πάσας ἅμα τῷ πλήκτρῳ τὰς χορδὰς
ἐπιτρέχοντες ἐν ῥυθμῷ μὲν ἀναπαίστῳ, μετ᾽ ὀξέος δὲ τόνου τὸν θεὸν ᾁδουσιν ἄλλοι
δ᾽ ἐφ᾽ ἵππων κεκοσμημένων τὸ θέατρον διεξέρχονται: χοροί τε νεανίσκων
παμπληθεῖς εἰσέρχονται καὶ τῶν ἐπιχωρίων τινὰ ποιημάτων ᾁδουσιν, ὀρχησταί τε ἐν
τούτοις ἀναμεμιγμένοι τὴν κίνησιν ἀρχαικὴν ὑπὸ τὸν αὐλὸν καὶ τὴν ᾠδὴν
ποιοῦνται, τῶν δὲ παρθένων αἱ μὲν ἐπὶ κανάθρων φέρονται πολυτελῶς
κατεσκευασμένων , αἱ δ᾽ ἐφ᾽ ἁμίλλαις ἁρμάτων ἐζευγμένων πομπεύουσιν, ἅπασα [p.
138] δ᾽ ἐν κινήσει καὶ χαρᾷ τῆς θεωρίας ἡ πόλις καθέστηκεν. ἱερεῖά τε παμπληθῆ
θύουσι τὴν ἡμέραν ταύτην καὶ δειπνίζουσιν οἱ πολῖται πάντας τοὺς γνωρίμους καὶ
τοὺς δούλους τοὺς ἰδίους: οὐδεὶς δ᾽ ἀπολείπει τὴν θυσίαν, ἀλλὰ κενοῦσθαι
συμβαίνει τὴν πόλιν πρὸς τὴν θέαν.
Dídimo dice: Polícrates refiere,
en su Historia de Esparta, que el sacrificio de las Jacintias los
laconios lo celebran durante tres días y a causa de la pena que hay por Jacinto
ni se coronan en los banquetes ni llevan trigo ni otros pasteles y se abstienen
de cantar el himno al dios y no introducen ninguna otra cosa por el estilo que sí
hacen en otros festivales. Por el contrario, comen con gran moderación y luego
se van. Pero, en medio de estos tres días hay un espectáculo variopinto y una
romería notable y muy grande. Pues los niños tocan la cítara y cantan con
acompañamiento de flauta al dios en
ritmo anapéstico y con tono agudo. Toda la ciudad se pone en movimiento. Otros
marchan al teatro montados en caballos adornados con alegría; coros completos
de jóvenes entran y cantan algunas de sus canciones nacionales, y se baila en
ellos mezclando el movimiento en el estilo antiguo, acompañado por la flauta, y
cantan. En cuanto a las chicas, algunas son llevadas en carros de mimbre
suntuosamente decorados; desfilan otras en carros uncidos a dos caballos y toda
la ciudad se entrega al bullicio y la alegría de la fiesta. En ese día se
sacrifican muchas víctimas, y los ciudadanos invitan a cenar a todos sus
conocidos y a sus propios esclavos. Ninguno falta al sacrificio sino que sucede
que la ciudad se vacía para ir al espectáculo.
Con ocasión del
llamado κοπίς, banquete con que los ciudadanos agasajaban a parientes familiares
y extranjeros, se celebraban también sacrificios. La kopis se
desarrollaba bajo tiendas (σκηναί), rasgo característico de las fiestas
campestres arcaicas. Molpis (Ateneo. IV 140 a, b) lo describe como un
conjunto de pasteles, pan, carne, hierbas crudas, caldo, higos, postre y
semillas de altramuz. La noche de este segundo día se celebraba una fiesta
nocturna por la resurrección del dios y por la alegría que comportaba el almacenamiento
de las cosechas.
ποττὰν κοπίδ᾽,
οἰῶ, σώμαι
ἐν Ἀμυκλαῖον παρ᾽ Ἀπέλλω,
εἷ βάρακες πολλαὶ κἄρτοι
καὶ δωμὸς τοι μάλα ἁδύς,
ἐν Ἀμυκλαῖον παρ᾽ Ἀπέλλω,
εἷ βάρακες πολλαὶ κἄρτοι
καὶ δωμὸς τοι μάλα ἁδύς,
διαρρήδην λέγων μάζας ἐν ταῖς κοπίσι παρατίθεσθαι—τοῦτο γὰρ αἱ βάρακες
δηλοῦσιν, οὐχὶ τολύπας, ὥς φησι Λυκόφρων, ἢ τὰ προφυράματα τῶν μαζῶν, ὡς
Ἐρατοσθένης—καὶ ἄρτους δὲ καὶ ζωμόν τινα καθηδυσμένον περιττῶς. τίς δέ ἐστιν ἡ
κοπὶς σαφῶς ἐκτίθεται Μόλπις ἐν τῇ Λακεδαιμονίων πολιτείᾳ γράφων οὕτως ' ποιοῦσι
δὲ καὶ τὰς καλουμένας κοπίδας· ἐστὶν δ᾽ ἡ κοπὶς δεῖπνον, μᾶζα, ἄρτος, κρέας, λάχανον ὠμόν, - ζωμός,
σῦκον, τράγημα, θέρμος
Voy, creo, al banquete
en el Amicleo de Apolo,
donde hay muchos pasteles y panes de trigo
y un caldo que es muy agradable.
diciendo expresamente que se sirven en los banquetes tortas de cebada_
Pues esto dan a entender los pasteles, y no tolipas, como dice Licofrón,
o masa de tortas de cebada en el primer amasado, como Eratóstenes dice_ y panes
de trigo y un caldo extraordinariamente agradable. Qué es, pues, la kopís lo establece claramente Molpis en su Constitución de los lacedemonios cuando escribe así: celebran también las llamadas
kopís. La cena-banquete está
compuesta de torta de cebada, pan de trigo, carne, verdura cruda, caldo, higos,
golosinas y altramuces.
N.B. Tolipa: especie de pastel con forma de pelota
Barakes: especie de pastel o bien tortas de cebada (por lo
visto, sinónimo, en algunos contextos, de maza)
Algunos escritores antiguos,
cuando se habla de las Jacintias, aplican al festival entero los epítetos que
solo pueden ser utilizados en lo que respecta al segundo día, por ejemplo,
cuando lo llaman feliz o solemne o alegre. Macrobio (I Saturn. XVIII,2)
establece que se llevaban guirnaldas de hiedra en las Jacintias, pero solo
puede ser verdad si se refiere a la segunda jornada:
Apud Lacedaemonios etiam in sacris quae Apollini celebrant, Hyacinthia
vocantes, hedera coronantur Bacchico ritu.
Entre los lacedemonios también en las (fiestas) sagradas que celebran
en honor de Apolo, llamadas Jacintias, se coronan con hiedra como en el rito
báquico.
La inexactitud de estos
escritores está, sin embargo, en cierta medida justificada por el hecho de que
el segundo día conforma la parte principal de la temporada de fiestas, como se
desprende de la descripción de Dídimo, y también como puede deducirse de
Jenofonte (Hellen. IV, 5, 11; comparar Agesil 2.17), que
hace del himno a Apolo la parte principal de las Jacintias:
ἐγένετο δὲ τὸ τῆς μόρας πάθος τοιῷδε τρόπῳ. οἱ Ἀμυκλαῖοι ἀεί ποτε
ἀπέρχονται εἰς τὰ Ὑακίνθια ἐπὶ τὸν παιᾶνα, ἐάν τε στρατοπεδευόμενοι τυγχάνωσιν
ἐάν τε ἄλλως πως ἀποδημοῦντες. καὶ τότε δὴ τοὺς ἐκ πάσης τῆς στρατιᾶς
Ἀμυκλαίους κατέλιπε μὲν Ἀγησίλαος ἐν Λεχαίῳ. ὁ δ᾽ ἐκεῖ φρουρῶν πολέμαρχος τοὺς
μὲν ἀπὸ τῶν συμμάχων φρουροὺς παρέταξε φυλάττειν τὸ τεῖχος, αὐτὸς δὲ σὺν τῇ τῶν
ὁπλιτῶν καὶ τῇ τῶν ἱππέων μόρᾳ παρὰ τὴν πόλιν τῶν Κορινθίων τοὺς Ἀμυκλαιεῖς
παρῆγεν.
Ahora bien, he aquí cómo tuvo lugar el suceso de este cuerpo de
infantería. Los amicleos, si por casualidad se encuentran en campaña o en algún
lugar alejados de sus casas, siempre vuelven para las Jacintias para el peán; y
esta vez Agesilao dejó en Leceo a los amicleos de todo su ejército. El
polemarca que comandaba allí la guarnición ordenó a las guarniciones de los
aliados vigilar la muralla y él mismo con una división de hoplitas y de
caballeros condujo a los amicleos hasta la ciudad de los Corintios.
La gran importancia de este
festival se encuentra en el hecho de que los habitantes de Amiclas, aun cuando
habían tomado el campo frente a un enemigo, siempre volvían a casa para asistir
a las Jacintias, pues no podían descuidar su celebración (Jen. Hellen
IV, 5, 11; Paus III, 10, 1 ):
οὐ πολλῷ δὲ ὕστερον τὸν ἀγῶνα ἔθηκαν τῶν Ἰσθμίων οἱ ἐπὶ λακωνισμῷ φεύγοντες
Κορίνθιοι. οἱ δὲ ἐν τῇ πόλει τότε μὲν τῷ Ἀγησιλάου δείματι ἡσύχαζον: ἀναζεύξαντος
δὲ ἐς τὴν Σπάρτην, οὕτω καὶ αὐτοὶ μετὰ Ἀργείων τὰ Ἴσθμια ἄγουσιν. ἀφίκετο δὲ καὶ
αὖθις ἐπὶ Κόρινθον στρατιᾷ: καὶ—ἐπῄει γὰρ Ὑακίνθια—ἀφίησι τοὺς Ἀμυκλαιεῖς οἴκαδε
ἀπελθόντας τὰ καθεστηκότα τῷ τε Ἀπόλλωνι καὶ Ὑακίνθῳ δρᾶσαι. ταύτην τὴν μοῖραν ἐπιθέμενοι
καθ᾽ ὁδὸν Ἀθηναῖοι καὶ Ἰφικράτης διέφθειραν·
Poco tiempo después, los Corintios que habían huído por su inclinación
a los espartanos, celebraron los juegos ístmicos, y los que permanecían en la
ciudad contenidos por la presencia de Agesilao, no se atrevieron a oponerse;
pero como Agesilao estaba de vuelta a Esparta, estos celebraron los juegos
ístmicos con los argivos. Agesilao llegó de nuevo a Corinto con su ejército, y
viendo que se acercaban las Jacintias, dejó que los amicleos volvieran a sus
casas, a cumplir con lo establecido para Apolo y Jacinto. Los Atenienses e
Ifícrates, destruyeron este batallón, después de atacarlo en el camino.
Y que los lacedemonios en una
ocasión pactaron una tregua de cuarenta días con la ciudad de Eira, sólo para
poder volver a casa y celebrar la Fiesta Nacional (Pausanias IV, 19, 3-4):
τοῦτον μὲν δὴ λέγουσι καὶ ἐπὶ ταῖς ὕστερον θῦσαι καταδρομαῖς θυσίαν τρίτην, Λακεδαιμόνιοι δὲ—ἐπῄει γὰρ Ὑακίνθια—πρὸς τοὺς ἐν τῇ Εἴρᾳ τεσσαράκοντα ἐποιήσαντο ἡμερῶν σπονδάς· καὶ αὐτοὶ μὲν ἀναχωρήσαντες οἴκαδε ἑώρταζον, Κρῆτες δὲ τοξόται— μετεπέμψαντο γὰρ ἔκ τε Λύκτου καὶ ἑτέρων πόλεων μισθωτούς—οὗτοί σφισιν ἀνὰ τὴν Μεσσηνίαν ἐπλανῶντο. Ἀριστομένην οὖν, ἅτε ἐν σπονδαῖς ἀπωτέρω τῆς Εἴρας γενόμενον καὶ προϊόντα ἀδεέστερον, ἑπτὰ ἄνδρες ἀπὸ τῶν τοξοτῶν τούτων ἐλόχησαν, συλλαβόντες δὲ τοῖς ἱμᾶσιν οἷς εἶχον ἐπὶ ταῖς φαρέτραις δέουσιν.
Se dice incluso que le ofreció un triple sacrificio
después de las incursiones posteriores. Entretanto _ pues estaban ya llegando
las fiestas Jacintias_ los lacedemonios pactaron una tregua de cuarenta días
con los sitiados en Eira y, volviendo a sus casas, celebraron esta fiesta. Los
arqueros de Licto y de otras ciudades de Creta que habían tomado a sueldo,
continuaron recorriendo Mesenia. Siete de ellos se ven en una emboscada por
capturar a Aristomeno que en fe a los tratados se había apartado de Eira y
marchado sin precaución, habiéndolo capturado, lo ataron con las correas de sus
aljabas.
Y que en un tratado con Esparta
en 421 aC,
la Paz de Nicias, los atenienses, con el fin de mostrar su buena voluntad hacia
Esparta, prometieron todos los años asistir a la celebración de la Jacintias (Tucíd.V, 23, 4):
ὀμοῦνται δὲ ταῦτα οἵπερ καὶ τὰς ἄλλας σπονδὰς ὤμνυον ἑκατέρων. ἀνανεοῦσθαι
δὲ <τὸν ὅρκον> κατ᾽ ἐνιαυτὸν Λακεδαιμονίους μὲν ἰόντας ἐς Ἀθήνας πρὸς τὰ
Διονύσια, Ἀθηναίους δὲ ἰόντας ἐς Λακεδαίμονα πρὸς τὰ Ὑακίνθια.
Jurarán esta alianza los mismos que juraron el otro acuerdo por los dos
bandos; y se renovará anualmente, acudiendo los lacedemonios a Atenas a las
Dionisias y los atenienses a Esparta, a las Jacintias.
Aparte de la leyenda de los amores de Apolo, otros autores ven en estas fiestas el testimonio de un culto ctónico anterior a la llegada de los helenos y
consagrado a las fuerzas naturales.
Sigo leyendo los escritos aunque no haya hecho ningun comentario.
ResponEliminaHe tenido demasiada actividad y no he llegado a todo lo que quiero.
Ahora con tranquilidad voy a leer por lo menos todo lo que me he pedrdido desde la última entrada que leí, que se refería a Apolo Karneios.
Que finalice bien el domingo.
Saludos
No se preocupe, Apicius, pues, en efecto, y por desgracia, no siempre se puede acudir a todo. El día solo tiene 24 horas. No sabe cómo lo comprendo.
ResponEliminaSaludos y gracias por su comentario
Qué maravilla leer esto. Gracias por recopilar esa masa de datos y por el blog.
ResponEliminaEdy,
Muchas gracias, Edy, por tus palabras. Siempre es agradable que el trabajo que se hace agrade.
ResponEliminaSaludos