Como vimos en el post anterior, los griegos recibieron de los babilonios las doce constelaciones, una por mes, zodiacales. A este Camino de la Luna los griegos le dieron el nombre de Ζῳδιακός, el Círculo de los animalitos, un cinturón de constelaciones que se encuentra en la eclíptica, en el camino de Helios. A cada constelación asociaron uno de sus mitos y, a algunas, les cambiaron el nombre. Así las recibimos nosotros, aunque con el nombre latino porque nos llegaron a través de la cultura romana.
1- El Carnero (gr. ὁ Κριός; lat. Aries): la primera constelación recibió el nombre de El Carnero porque este animal entra en celo en primavera, hecho sobradamente conocido por los pastores griegos, y el paso del sol por esta constelación marcaba el inicio de las tareas agrícolas. Es la primera del zodiaco, además, porque la mayoría de los pueblos antiguos empezaba el año nuevo en el equinoccio de primavera. Hace 2000 años la posición del sol en el cielo en el equinoccio de primavera estaba en Aries, aunque ya no. El efecto de precesión, descubierto por Hiparco de Nicea, ha trasladado esta posición a Piscis. En Grecia, a esta constelación se le asoció el mito del Vellocino de oro.
2- Tauro (gr. ὁ Ταῦρος; lat. Taurus): esta constelación era la que marcaba el equinoccio de primavera en el año 2.600 aC. Se trata de una de las más antiguas e importantes en la astronomía arcaica. Hay teorías que apuntan a que los dibujos en forma de toro de las cuevas prehistóricas podrían hacer referencia a esta constelación (Antequera Congregado, Luz, Altamira. Astronomía, Magia y Religión en el Paleolítico, 1994: se encuentra similitud entre la posición de Tauro en un planisferio del s. IX y la que muestran los bisontes de las pinturas rupestres) Forman parte de esta constelación las Híades y las Pléyades (cf. gr. πλείω, navegar. El orto helíaco de este grupo de estrellas señalaba a los marinos la llegada de los vientos propicios para la navegación) Se asoció a esta constelación el mito del rapto de Europa por parte de Zeus y el del Minotauro. Respecto al grupo de las Pléyades, son 500 estrellas de las cuales 7, las más brillantes, se asociaron a las 7 hijas de Atlas y Pleíone. Las Híades, otro grupo de estrellas, hermanas de las Pléyades, eran también 7 ninfas y se las conocía por «las estrellas de lluvia», porque su aparición coincidía con la de la lluvia en primavera.
3- Géminis (gr. οἱ Δίδυμοι; lat. Gemini): por esta constelación pasa el sol después del solsticio de verano y a ella asociaron los griegos la leyenda de los mellizos Cástor y Pólux.
4- Cáncer (gr. ὁ Καρκίνος; lat. Cancer): en la antigüedad, el sol alcanzaba su punto más al norte en el cielo cuando estaba en esta constelación (21 de junio, solsticio de verano) De ella recibió su nombre el Trópico de Cáncer, dado que el sol alcanzaba su zenit al mediodía al norte del ecuador, en la latitud 23⁰7'. El efecto de precesión ha provocado que, en la actualidad, el sol se encuentre en Géminis en el solsticio de verano y que entre en Cáncer del 18 de julio al 7 de agosto. Fue asociada al mito del segundo trabajo de Hércules.
5- Leo (gr. ὁ Λέων; lat. Leo): esta constelación, asociada al primer trabajo de Hércules _el león de Nemea_ es, junto con Virgo y Escorpio, una de las más grandes. La disposición de sus estrellas parece la figura de un león sentado sobre sus patas. Otra leyenda relaciona esta constelación con uno de los dos leones que van por delante de la constelación de Virgo, tirando del carro de Cibeles.
6- Virgo (gr. ἡ Παρθένος; lat. Virgo): la doncella que representa esta constelación, portadora de una palma y una espiga, se ha relacionado con muchas divinidades: Ishtar, diosa babilonia de la fertilidad; Astrea, diosa romana de la justicia (su balanza es la constelación de Libra) y Deméter, diosa griega de la agricultura y la tierra cultivada (de ahí que su estrella más brillante reciba el nombre de Spica: la espiga). Hace 2000 años, cuando comenzaba el tiempo de la cosecha y de la vendimia, Virgo desaparecía del cielo al atardecer. En Grecia fue asociada al mito del rapto de Perséfone, concretamente con el hecho de que Perséfone pasara con su madre, Deméter, la primavera y el verano, la época del año en que el sol pasa por esta constelación.
7- Libra (gr. αἱ Χηλαί, las pinzas del escorpión; lat. Libra): es la única constelación que no representa a un animal o tiene figura humana. Según Alberto Martos Rubio, en Historia de las Constelaciones. Un ensayo sobre su origen, esta constelación se dividió, debido a su tamaño, en dos. De hecho, en el zodiaco griego antiguo no existió nunca como Libra, sino que recibió el nombre de Quelas, pinzas del escorpión. Parece que las estrellas de Libra eran parte de la constelación de Escorpio y que, más concretamente, representaban las pinzas de éste. Las dos estrellas principales, además, recibieron el nombre árabe de Zuben Elhenubi, pinza sur (α Librae), y Zuben Eschemali, pinza norte (β Librae). De todas formas, según Martos Rubio, nunca perteneció a Escorpio, sino a Virgo, en la que los romanos vieron a Astrea, diosa de la justicia, portando una balanza. Así, el nombre de Libra le fue dado por los romanos que recuperaron, de este modo, el nombre que tuvo en Babilonia. Es posible, según Martos Rubio, que fuese Marco Terencio Varrón quien le diera este nombre en su Rerum Rusticarum. La razón de su nombre latino podría estar en el hecho de que hace 2000 años el sol la cruzase en otoño, cuando el día y la noche tienen la misma duración y, por tanto, se igualan y equilibran.
8- Escorpio (gr. ὁ Σκορπίος; lat. Scorpius): es la única que se parece a lo que indica su nombre. Entre los griegos representa al escorpión enviado por Ártemis para que matara a Orión. Cuando los dos fueron colocados en el firmamento, se les puso lejos a uno del otro para que no pudieran volver a encontrarse. De hecho, Orión desaparece cuando aparece Escorpio.
9- Sagitario (gr. ὁ Τοξότης; lat. Sagittarius): se le representa como a un Centauro o a un arquero. Su flecha apunta al corazón del Escorpión, la estrella Antares, la más brillante de Escorpio, cuyo nombre árabe es Qalb al-‘Aqrab (el corazón del Escorpión). En Grecia se asoció al centauro Quirón y, según otra leyenda, a Croto, hijo de Pan. Está situada al centro de la Via Láctea y oculta detrás de espesas nubes de materia interestelar, por lo que resulta difícil su observación.
10- Capricornio (gr. ὁ Αἰγοκερεύς, el cuerno de la cabra; lat. Capricornus): su representación es muy curiosa, pues es una cabra con cola de pez. La razón podría estar en el hecho de que el período de lluvias, en la antigüedad, empezaba cuando el sol entraba en esta constelación, y podría deberse también a esto el hecho de que las dos constelaciones que quedan, Acuario y Piscis, estén relacionadas con el elemento agua, dado que la época de lluvias todavía seguía unos meses más después de que el sol transitara por Capricornio. En Mesopotamia, Capricornio, Acuario y Piscis estaban asociados al dios Ea, señor de la sabiduría, de las artes, del agua y de la fertilidad. Una de sus representaciones iconográficas nos lo muestra como una figura masculina portando o vertiendo agua; otra lo muestra como una cabeza de cabra sobre un altar o como una cabra-pez. Hace miles de años, en el solsticio de invierno, el sol alcanzaba su punto más meridional estando en esta constelación. Por eso, recibió su nombre el Trópico de Capricornio. Actualmente, el sol está en Sagitario durante el solsticio de invierno. En Grecia, se asoció a la cabra Amaltea, la nodriza de Zeus.
11- Acuario (gr. ὁ Ὑδροχοεύς, el aguador; lat. Aquarius): Como hemos explicado ya hablando de Capricornio, el sol transita por esta constelación cuando todavía es época de lluvias. Relacionado con el dios mesopotámico Ea, adopta una de las representaciones de él: la de una figura humana vertiendo agua. En Grecia, está relacionado con el mito del Diluvio universal, concretamente con Deucalión, el hijo de Prometeo y constructor del arca. Pero, según otra leyenda, representa a Ganimedes, el copero y aguador de los dioses. En Mesopotamia, es Ea el que avisa a Atrahasis (el equivalente al Noé bíblico) para que construya un barco y salve a su familia y a todos los animales de la tierra del diluvio de Enlil (dios supremo del panteón sumerio-acadio)
12- Piscis (gr. οἱ Ἰχθύες; lat. Pisces): ésta es la constelación por la que actualmente transita el sol en el equinoccio de primavera. Es una constelación grande, como la de Acuario, pero, como ella, de estrellas débiles. Tal y como se ha comentado ya, recibió, probablemente, un nombre relacionado con el agua por el hecho de que, en la antigüedad, el período de lluvias todavía la alcanzaba. Para los griegos, estos dos peces unidos por la cola representaban a Afrodita y a Eros que, convertidos en peces (los demás dioses también adoptaron formas de animales) intentaban despistar a Tifón quien los perseguía.
13- Ofiuco o Serpentario (gr. ὁ Ὀφιοῦχος, el que sostiene la serpiente; lat. Ophiuchus): parte de esta constelación se encuentra en la eclíptica, por lo que no son 12, sino 13 las constelaciones zodiacales. Debido, además, a la precesión de los equinoccios, se ha ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de forma que durante la primera quincena de diciembre el sol entra en esta constelación. Se representa con la figura de Asclepio, el dios griego de la medicina, que coge con sus manos una serpiente (la constelación de Serpens), que tiene la cabeza hacia el Oeste y la cola hacia el Este. Desde el punto de vista de la mitología, Ofiuco continúa la leyenda de Orión y el Escorpión. Según el Escorpión va ascendiendo por el horizonte oriental, Orión muere y se pone por el Oeste, pero Asclepio, con los poderes curativos que Apolo y Quirón le enseñaron, sanó al cazador y aplastó al Escorpión con el pie. Por eso Orión resurge por el Este y el Escorpión es aplastado por el Oeste.
EXCELENTE TRAZO GENEALÓGICO DEL RECORRIDO DE LAS CONSTELACIONES...
ResponEliminaFELICITACIONES POR LA PÁGINA...
SALUDOS, AQUILEANA :)
Gracias, Aquileana, eres muy amable.
ResponEliminaSaludos