Fresco pompeyano de sátiro y ménade. Museo Nápoles |
En ninguna otra parte del cuerpo gastan más las mujeres, en forma de pendientes de perlas. Por cierto, en Oriente también para los hombres se considera un honor llevar oro en ese lugar.
De hecho en época clásica llevar pendientes era una manera de distinguir a un oriental tanto en Grecia como en Roma. Sabemos que los utilizaban:
- Lidios, según Jenofonte, Anábasis III, 1
Ese no tiene nada de beocio ni de griego; yo mismo he visto que tiene las dos orejas perforadas al estilo de Lidia
- Persas, Diodoro Sículo V, 45
No solo las mujeres, sino también los hombres llevan adornos de oro, como collares, brazaletes y pendientes, a la manera de los Persas.
Detalle del Mosaico de Issos. Persa con pendientes en las orejas |
-Babilonios, Juvenal I, 104
¿Por qué iba a sentir miedo o apuros de exigir mi vez aunque haya nacido a orillas del Eúfrates, cosa que demostrarían estos ventanales abiertos en lo blando de mi oreja por más que yo lo negara?
Octavio, que parecía noble por nacimiento dijo a Cicerón, que se encontraba recitando: "No oigo lo que dices". Aquel le respondió:" Claro pues solías tener las orejas bien perforadas". Dijo esto porque se decía que Octavio era natural de Libia, donde es costumbre perforarse la oreja.
- y Cartagineses, Plauto , Poenulus, V, 2, 21, dice que se reconocen a los cartagineses
Porque van con anillos en las orejas
¿Qué significado tenía llevar pendientes?. Los pendientes en los hombres podían ser un:
En el mismo sentido se expresa Apuleyo en De dogmate Platonis I, IV
A pesar de ello, fue una moda que se mantuvo en algunos momentos y vemos en el siglo III que el propio emperador Alejandro Severo, Historia Augusta, Lampride, 41, que tenía joyas afirmó que no eran adecuadas para los hombres de manera que
Símbolo de estatus social: En Egipto y Asia los pendientes los llevaban los hombres de alto nivel social, los miembros de la familias reales, faraones egipcios, los sátrapas persas, los grandes sacerdotes de la diosa Cibeles.
Arriano, Anábasis de Alejandro Magno VI dice que en la tumba del rey Ciro habia pendientes:
Sobre él había una túnica y otros vestidos de factura babilonia, unos calzones medos, y, según Aristóbulo, había también vestidos teñidos de color de jacinto, unos color de púrpura, otros de otros colores, collares, espadas persas, pendientes de piedras preciosas engastadas en oro; hasta una mesa había allí, en cuyo centro estaba el sarcófago que contenía el cuerpo de Ciro.
En Grecia, parece que era también una señal de nobleza de los jóvenes. Según san Isidoro en el siglo VII (Etym., XIX, 31, 10), las niñas llevan pendientes en ambas orejas pero lo niños sólo en la derecha
Harum usus in Graecia: puellae utraque aure, pueri tantum modo dextra gerebant.
En el mismo sentido se expresa Apuleyo en De dogmate Platonis I, IV
auri tantum, quantum puer nobilitatis insigne in auricula gestavit.
y una cantidad de oro equivalente a la que lleva un joven de la nobleza en su orejita
También Platón tenía pendientes tal como nos cuenta Diógenes Laercio en Testamento de Platon I, 3
y también, tres minas en especie, un vaso de plata que pesa ciento sesenta y cinco dracmas, una copa de plata que pesa sesenta y cinco, un anillo y unos pendientes de oro de peso de cuatro dracmas y ocho óbolos
O bien señal de esclavitud, así aparece en la Biblia, en Éxodo, 21, 5-6
Pero si el esclavo no acepta su libertad porque ama a su mujer, a sus hijos, y a su amo, entonces el amo lo llevará ante Dios, lo arrimará a la puerta o al marco de la puerta y le atravesará la oreja con un punzón. así será esclavo suyo para siempre.
vendió todas las piedras preciosas que tenía y el oro de la venta lo ingresó en el tesoro público, diciendo que los hombres no debían hacer uso de ellas...
Posteriormente ya en el siglo V es san Agustín (Epistulae, CCXLV, 2) quien lamenta la costumbre de algunos
hombres de llevar un pendiente en la parte superior de la oreja,
Exsecranda autem superstitio ligaturarum, in quibus etiam inaures virorum in summis ex una parte auriculis suspensae deputantur, non ad placendum hominibus, sed ad serviendum daemonibus adhibetur.
Sin embargo de manera general en Roma el hecho de llevar pendiente era propio de extranjeros y esclavos. Por este motivo y dado que era una marca de ser extranjero, esclavo o liberto, era habitual que los hombres intentaran borrar esa señal de su cuerpo. Celso nos da las explicaciones de cómo podía hacerse De Medicina, VII, cap. 8
Si alguien se avergüenza de tener las orejas perforadas, basta con pasar rápidamente en la abertura una aguja caliente para ulcerar ligeramente los bordes; Se consigue lo mismo con la ayuda de un ungüento caústico, se limpia inmediatamente la herida y a continuación llenar el vacío con una cicatriz. Si se trata de una gran abertura, como se observa en los que llevan aros muy pesados, es necesario completar la división del lóbulo de la oreja, rebajar con instrumental adecuado los bordes superiores de la división, poner la sutura y emplear aglutinantes.
Salutem plurimam
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