El cortejo estaba formado por los parientes y amigos de los novios, algunos de los cuales cumplían un papel determinado: encabezaba el cortejo, como guía y heraldo, el προηγητής, llevando el κηρύκειον (caduceo propio de los heraldos), símbolo de su función, mientras que el πάροχος, amigo del novio y que había actuado como su padrino, era el que conducía el carro nupcial llevando a los recién casados. Vuelven a estar presentes el ἀμφιθαλής παῖς, que representaba prosperidad y buena suerte para la pareja y simbolizaba la descendencia futura, y la νυμφεύτρια que debía escoltar a la novia. Seguían detrás los padres de la novia, la madre llevando las antorchas nupciales (δᾷδες νυμφικαί), que atestiguaban que el matrimonio se había celebrado como una unión legítima. Detrás desfilaba el resto de parientes y amigos y niños coronados de mirto (παῖδες προπέμποντες) Cerraban el cortejo los flautistas y los tañedores de lira acompañando los cantos de himeneo.
Las mujeres llevaban cestas y jarrones que contenían objetos como membrillos, rosas, violetas y frutos, que serían arrojados a la pareja como símbolo de prosperidad y fertilidad, pues no puede ignorarse, como explica A., Avagianou (Sacred Marriage in the Rituals of Greek Religión, 12), el contenido sexual atribuido a las manzanas y a las flores por los antiguos griegos. Así, la procesión podría compararse a una φυλλοβολία, procesión de la victoria celebrada a propósito del regreso triunfal de los vencedores en los juegos panhelénicos. La boda tendría el mismo significado para la novia que tenía la victoria para el vencedor, sería la versión femenina de ese ritual. La novia llevaba otros objetos que simbolizaban su nuevo estado y el papel que de ella se esperaba: una parrilla, un tamiz, una mano de mortero y varios granos, recordando a Deméter, vínculo entre la agricultura, la fertilidad y la vida social.
La fuente principal para este tipo de procesiones la constituyen las representaciones en los vasos. Al respecto, el vaso Bloomington 72.97.4 nos ofrece una posible procesión de boda: en la imagen aparece un cortejo en el que se observan carros y una multitud de gente. Cada parte está organizada de forma ligeramente distinta, pero en la cara A se muestra a una mujer, ligeramente velada, enmarcada en el centro de la composición y rodeada de forma simétrica por otros cuatro participantes que la miran.
También Homero describe la escena de una procesión en el escudo de Aquiles (Hom. Il. 18.491-96):
ἐν τῇ μέν ῥα γάμοι τ᾽ ἔσαν εἴλαπίναι τε,
νύμφας δ᾽ ἐκ θαλάμων δαΐδων ὕπο λαμπομενάων
ἠγίνεον ἀνὰ ἄστυ, πολὺς δ᾽ ὑμέναιος ὀρώρει·
κοῦροι δ᾽ ὀρχηστῆρες ἐδίνεον, ἐν δ᾽ ἄρα τοῖσιν
495 αὐλοὶ φόρμιγγές τε βοὴν ἔχον· αἳ δὲ γυναῖκες
ἱστάμεναι θαύμαζον ἐπὶ προθύροισιν ἑκάστη.
Cuando la pareja llega a la casa del novio, la comitiva entona un Peán para celebrar el exitoso final del recorrido. El novio ayuda a bajar del carro a la novia y, en la puerta, los padres de él los esperan para recibirlos y dar, así, la bienvenida a su nueva hija en el seno de su nuevo hogar. Según Plutarco, en Beocia, antes de entrar en la casa, la novia quemaba el eje del carro que la había llevado, con lo que daba a entender que no habría un viaje de regreso a su antiguo hogar.
La novia es objeto entonces de un ritual llamado καταχύσματα, una secuencia de ritos dirigidos a garantizar la futura prosperidad y la fertilidad de la unión y a establecer a la novia en su nuevo hogar: una vez conducida dentro, recibía los τραγήματα, dátiles, nueces e higos secos y, según Plutarco, la tradición requería que, antes de entrar en la cámara nupcial, la novia comiese un membrillo, fruto que simboliza la fecundidad.
La pareja se retiraba entonces a la cámara nupcial, bajo la protección de Afrodita y Peitho, que traerían la armonía y el placer y, en última instancia, la descendencia. La puerta permanecería custodiada durante toda la noche por un amigo del novio haciendo las funciones de un θυρωρός. Los amigos de la novia pasaban la noche fuera cantando epitalamios (ἐπιθαλάμια) para tranquilizarla en su tránsito a la feminidad y alentar a la pareja en sus intentos de engendrar un varón. De tanto en tanto, golpeaban la puerta de la cámara, κτύπημα, para ahuyentar a los espíritus del inframundo.
(νύμφη). παρθενία, παρθενία, ποῖ με λίποισα οἴχηι;
(παρθενία). οὐκέτι ἤξω πρὸς σέ, οὐκέτι ἤξω.
(Esposa). Virginidad, virginidad, ¿a dónde vas tras abandonarme?
(Virginidad). Ya no volveré a ti, ya no volveré. (Safo, fr. 114. Epitálamos)
Al día siguiente tiene lugar el último de los rituales de la ceremonia de la boda, las ἐπαυλία. Es el día en que la joven pareja recibe los regalos, δῶρα ἐπαυλία, ofrecidos por el padre de la novia para corresponder a los que su hija recibió después del banquete. Por la mañana, la novia entrega al marido una χλανίς , una especie de manto de lana fina, confeccionada por ella misma. Según A. Avagianou (Sacred Marriage in the Rituals of Greek Religión, 18), este acto simboliza uno de los aspectos del rito de iniciación que supone el matrimonio para la joven: el iniciado ofrece al iniciador un regalo. Además, según sugiere Reeder (Pandora: women in Classical Greece, 128), la χλανίς simbolizaba su futura contribución al hogar a través de la tarea femenina por excelencia, la de tejer.
El envío de los regalos se hacía no sin cierta pompa. Suidas nos ha dejado la descripción de esta procesión y la relación de objetos que era tradicional regalar a los recién casados: encabezaba el cortejo un joven vestido con una clámide blanca y llevando una antorcha encendida, le seguía una canéfora y detrás iban otras jóvenes con regalos: ropa, peines y otros artículos de tocador, alabastros, zapatos, cofres, perfumes, nitro y regalos útiles convenientes a una esposa. Cerraba el cortejo un joven tocando la flauta.
Finalmente, la novia sola protagonizaba el último de los rituales: la dedicación de un loutrophoros a una ninfa. Al sur de la Acrópolis, en un santuario dedicado a la Ninfa, los arqueólogos han recuperado un gran número de fragmentos pertenecientes a este tipo de recipiente (Dillon, Matthew, Girls and women in Classical Greek Religión, 219). Se trataba de una acción para agradecer la ceremonia matrimonial en su conjunto y constituía una oración por el porvenir.
Gràcies, Luïsa, per tots els detalls que aportes al tema del matrimoni. Guarde aquesta entrada per a completar la informació que done als alumnes.
ResponEliminaGràcies a tu, Virginia, pel teu comentari i per trobar-ho interessant. La veritat és que, ara que he acabat amb la "saga", vaig a enyorar-la.
ResponEliminaUna abraçada