Hace un tiempo leí un simpático texto fechado en el mes de las kalendas lucernarias, sub die XVI Kal. Lucerninas. Según Gaffiot lucernarias significa que son necesarias para trabajar las lucernas (lámparas), por lo que debe tratarse de los meses de invierno, diciembre o enero. Como estamos en uno de estos meses y coincidiendo con la fiesta de San Antoni del porquet me ha vuelto a la memoria, es el testamento del cerdito Corocotta, TESTAMENTUM PORCELLI
Se trata de una composición anónima datada en el siglo IV que parodia el acto legal romano de hacer testamento repartiendo las pertenencias entre familiares y amigos y describiendo su mausoleo e inscripción funeraria que debía aparecer. Por el testimonio de San Jerónimo (Lib. XII Comentarios al profeta Isaías) se piensa que fue muy popular pues nos dice
Legiones de niños, riéndose a carcajadas, recitan cantando en las escuelas el testamento del cerdito Gruñón Corocotta
Lo relaciona con las fabulas milesias que ofrecen juego y diversión frente a los textos de Platón que exigen trabajo y esfuerzo.
El tono general de la composición es de burla a lo que contribuyen algunos nombres inventados como por ejemplo los de los testigos que firman el testamento, y muy claramente el nomen Grunnius, que recuerda el gruñido de estos animales o el uso de algunos términos concretos ((lumbuli, uesica, cauda, musculi, popia, pistillum) como juego de palabras cuya interpretación jocoso-erótica ha estudiado Sandra Ramos Maldonado en HABIS 36 (2005), 407-421
Presentamos ahora la traducción de Alicia M. Canto, cuyo artículo podéis leer entero en este enlace de Celtiberia.net.
Aquí comienza el testamento del cerdito.
El cerdito Marco Gruñón Corocotta hizo testamento. Ya que no podía escribirlo de mi propia mano, lo dicté para que lo escribieran.
Cocinador, el cocinero, dijo: "Ven aquí, destructor de la casa, hocicador de suelos, cochino huidizo, que hoy voy a acabar con tu vida". El cerdito Corocotta dijo: "Por favor, si hice algo malo, si en algo pequé, si rompí con mis patas la vajilla, ay, señor mío cocinero, te pido que me perdones la vida, sé indulgente con el que te ruega". Cocinador el cocinero dijo: "Ve, pinche, y acércame un cuchillo de la cocina, que voy a rajar y desangrar a este cerdo".
El cerdito fue atrapado y conducido por los criados el decimosexto día antes del mes de las Lamparillas, cuando abundan los repollos, en el año de los cónsules Horneado y Pimentado. Cuando comprendió que iba a morir, solicitó una hora de tiempo y rogó al cocinero que le permitiera hacer su testamento. A voces llamó junto a sí a su familia, para que cada uno recibiera algo de sus provisiones.
Y así dice: “A mi padre, Verraco Mantecoso, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de bellotas, y a mi madre, Lechona Viejecita, doy y lego para que le entreguen 40 medidas de trigo candeal de Laconia; a mi hermana Romulina, a cuyas bodas no pude asistir, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de cebada. Igualmente daré y donaré de lo mío más íntimo: a los zapateros mis cerdas, a los pendencieros mi hocico, a los sordos mis orejas, mi lengua a los picapleitos y charlatanes, mis intestinos a los embuchadores de carne de buey, mis muslos a los saladores de jamones, mis sedes sexuales a las mujeres, a los muchachos mi vejiga, a las muchachas mi colita, mis músculos a los mariquitas, mis fuertes tobillos a corredores y cazadores, a los ladrones mis pezuñas. Y, sin citarlo por su nombre, dejo como legado al cocinero el mortero y la mano de mortero que me había traído conmigo desde Thebeste hasta Tergeste: ¡Ojalá que se ahorque de una ristra de ajos!”
“Y quiero que se me erija un monumento fúnebre, con esta inscripción en letras de oro:«(Aquí yace) Marco Gruñón Corocotta, cerdito,
vivió 999 años y medio
si hubiese vivido medio más,
habría completado los mil años»
A los que más me aman o a los que habéis decidido sobre mi vida, os ruego que hagáis algo bueno con mi cuerpo, que condimentéis mis partes blandas con buenas especias, pimientas y mieles, para que mi nombre sea recordado por siempre. Dueños míos y parientes, que habéis asistido al acto de mi testamento, haced el favor de firmarlo”.
Firmó Mantecón. Firmó Bocadito de Carne. Firmó Asado al Comino. Firmó Asado a la Lucana. Firmó Asado a la Espalda. Firmó Asado al Celso. Firmó Asado Nupcial.
Aquí termina felizmente el testamento del cerdito, hecho el día decimosexto antes del mes de las Lamparillas del año del consulado de Horneado y Pimentado.
Entre la herencia deja a los muchachos la vejiga, que sabemos por Marcial XIII, XLVII que se usaba para hacer la pelota que llamaban follis
Marchaos lejos, jóvenes. A mí me cuadra una edad delicada: al balón está bien
que jueguen los niños; al balón, los ancianos.
En la traducción de los nombres de los testigos se ha preferido usar los modos de guisar el cerdo en época romana (podéis conocer algunos de ellos en el blog De Re Coquinaria ) pero si los tomamos literalmente son: Lardión, Ofélico, Cuminato, Lucánico, Tergilo, Celsino, Nupciálico.
Teniendo en cuenta que esta obrita tiene un doble sentido en un tono erótico, igual que las partes del cerdo dejadas en herencia tienen una lectura jocosa, también los nombres de los testigos, Lucanicus hace referencia a un tipo de longaniza. Varrón en De lingua latina nos dice
Al embutido confeccionado con tripa gruesa lo denominan Lucanica (longaniza lucana), porque los soldados aprendieron la receta de los lucanos.
Para entender la hilaridad que producía a los niños alguna de estas palabras, Varrón en De Agri cultura II, 4, 9-10 nos da una pista:
Cerdo en griego se dice “hys”, antes “thys”, derivado de la palabra “thyein” que significa inmolar. Parece que este animal fue uno de los primeros inmolados a la diosa Ceres, en los comienzos de paz se mata un cerdo, al igual que antes de la boda, los antiguos reyes y los altos hombres de Etruria, antes de la unión conyugal, la recién casada y el marido inmolan un cerdo. También los primitivos latinos y los griegos en Italia parece que lo hicieron. Además las mujeres romanas, principalmente las doncellas, llaman a la parte femenina “porcum” y las griegas “choeron” como signo de nubilidad.
Hay muchas curiosidades sobre el cerdo que Charo ha recogido en un artículo en De Re Coquinaria cuya lectura os recomiendo.
ACTUALIZACIÓN 26-I-2011
Imágenes: mosaico de los Museos Vaticanos y molde de un cerdo encontrado en Villa Regina, Boscoreale. Museo de Boscoreale
Feliciter, está genial.
ResponEliminaPobre cerdito, después de leer su testamento, me gustan más las verduras.
Besos
Hace que entendamos la frase que dice que del cerdo se aprovecha todo!
ResponEliminaMagnum amplexum
Pues yo, en cambio,después de leer el testamento del cerdito me he acordado del pobre Lobito Feroz de la Auténtica Historia de los Tres Cerditos.
ResponEliminaTe felicito Amparo por tu trabajo sobre este animalito tan esbelto.
Si tu vales, ego valeo
Pues sí, también salió malparado el lobito...
ResponEliminaGracias por tus palabras
Besos
Gratias habeo tibi, Saguntina domina Amparo, maiores quod commentarium optimum scripsisti et symbolam meam de Testamento porcelli memorauisti.
ResponEliminaValeas multum!